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Albert Boadella publica ‘Franco y yo’

La editorial Espasa Calpe ha publicado de ‘Franco y yo’, un libro del director y fundador de la compañía teatral Els Joglars, Albert Boadella, que está apoyado en una adaptación del guión de la película ‘Buen viaje, Excelencia’


‘Franco y yo’ es una recontrucción en clave de humor de los últimos tiempos de Franco, desde el asesinato de Carrero Blanco hasta su propio fallecimiento. El Palacio del Pardo y el bar de un barrio madrileño son los principales escenarios en los que se desarrolla la obra.
Albert Boadella comentó en rueda de prensa que a la hora de escribir el libro, se planteó si este señor tenía una vigencia actual. Después de ver la reacción que en el público causó el reciente show que Els Joglars representó sobre Franco en la ciudad de Vic, a Boadella le dio la impresión de que este persoanje ‘sigue todavía enquistado en unas cuantas generaciones españolas quizá porque no ha habido una catársis necesaria o un retoceso mental de la historia’.
Casi al final de la rueda de prensa, dos actores de Els Joglars hicieron acto de presencia en la sala representando a Franco y su mujer, Carmen Polo, con los que Boadella mantuvo una breve entrevista en clave de humor.
Boadella afirmó envidiar a Chaplin por tener a alguien tan divertido como Hitler para hacer una película, añadiendo que a él le gustan mucho los personajes payasos, y comentó, respecto a la Fundación Franco, que ‘el problema no son las subvenciones, sino que no se deje acceder a los historiadores y no se sepa que es lo que hay en la fundación’.
El franquismo, una asignatura pendiente
‘Hay una asignatura pendiente que es el franquismo’, declaró; ’27 años después de la muerte de Franco tienen que aparecer libros, películas y este ha sido el primer intento por nuestra parte’. ‘El pecado original de nuestra generación es haber permitido que Franco estuviera en el poder hasta que se muriera, lo que nos ha hecho crear a un Franco más perverso’
El director de Els Joglars explicó que ‘se trata de ver con objetividad lo que fue la historia en este país. Aquí hubo un régimen criminal y brutal porque el mundo de la judicatura estaba sometido al poder político’. ‘Los españoles tenemos que hacer un acto higiénico de liberar este pasado para volver otras vez a la memoria del franquismo’, reaclcó.
Mediocridad y poder
‘¿Cómo pude ser Bush el emperador del mundo actualmente?’, se preguntó Boadella. ‘Un mediocre es un hombre con posibilidades de acceso al poder porque tiene poca sensibilidad y la piel dura. Un tonto no tiene contradicciones, es un imbécil manejable’, prosiguió.
‘Pero el problema es que los tontos se creen que son elegidos por Dios y liquidan a sus adversarios y a los que les pueden hacer sombra. Y eso es lo que le pasaba a Franco’. Sin embargo, ‘esto es una especie de continuidad de la naturaleza humana, que se comporta de esta forma’, concluyó.
Franco, un autopropagandista
‘Descubrimos que Franco no era ni héroe ni estratega, sino un autopropagandísta de sí mismo. Era un personaje lleno de mediocridad y de extrema ignorancia’, reconoció el autor del libro.
Boadella explicó que cree que hay una propaganda alrededor de la astucia de Franco que le parece falsa. ‘Él era mediocre, pero tuvo la suerte de una que se produjo una coyuntura que lo ayudó: la lucha de las fuerzas aliadas y los americanos contra en comunismo, al igual que Franco’.
En cuanto al tratamiento de Franco en el libro, el autor aseguró que mantiene ‘una cierta piedad con el personaje para que sea real’ y dio que ‘le he dado unos toques de humanismo’. Además, Boadella ha tratado de ser objetivo y de hacer un retrato de su vida, de él y su entorno en el Pardo, porque ‘no he querido hacer un esperpento, ya que el esperpento es la misma realidad’, recalcó.
Relación de amor-odio con el cine
En este libro, Boadella también cuenta su relación de amor-odio con el cine. ‘Al lado del teatro’, declaró, ‘ el cine me parece un aperitivo. El teatro es un entrecot del arte escénico y su público es de coleccionistas y con un complejo de élite’. Además, añadió que lo único que envidia del cine es la ciudadanía, es decir, que se lo puede comunicar a todo tipo de gente.

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