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As Pontes

Que Endesa facilitase a vivenda non foi bo, a xente marcha cando se xubila

[La Voz de Galicia] Seis de los siete vecinos de As Pontes que acuden a la tertulia convocada por La Voz han trabajado en la planta de Endesa. Se sientan en las mesas del café Lar, en el antiguo local social que la térmica creó en el poblado de casas en las que alojaba a sus trabajadores, y posan ante una chimenea que pasa por ser una de las construcciones más altas de España. No es una coincidencia, como la gran mayoría de los vecinos están vinculados a una fábrica por la que sienten más amor que recelo. «Esto es Springfield, ya hacemos nosotros el chiste que se le ocurre a todos los que vienen», bromean Moisés Santos y Jenel Vérez.
El paro
«Ahora hay gente que debe emigrar ». La charla comienza por la llegada de Endesa a la villa. «Supuxo un cambio brutal, familias enteiras pasaron a vivir destes soldos e desapareceron outras actividades como a agricultura», que más tarde el exalcalde de As Pontes Xaime Villaboi asegura que solo pervive de forma significativa en una de las 13 parroquias. Pero la prosperidad de otras épocas parece que no es suficiente ahora: «Segue habendo moita xente que ten que emigrar», recuerda Moisés Santos, un prejubilado de la térmica que no nació en As Pontes y que, sin embargo, se quedó a vivir. La mayoría de los que han pasado por su situación regresaron a sus lugares de origen y este éxodo es el principal problema que señalan los siete vecinos: «Hay mucho desarraigo y somos muy críticos con nosotros mismos», dice Marisol Souto, de una familia en la que tres generaciones han trabajado en la mina. Ella era delineante, ahora está prejubilada y dice que las familias aceptaban la vivienda que les facilitaba Endesa, pero empleaban sus ahorros en construir la suya propia en su pueblo natal. Jenel le da la razón: «Que Endesa facilitase a vivenda non foi bo, a xente marcha cando se xubila».


Cultura
«Aquí hay más nivel cultural y muchos más licenciados que en todo el resto de la comarca ». As Pontes cuenta con una actividad cultural riquísima y con casi medio centenar de asociaciones culturales. «Cuando quieres programar un acto tienes que hacerlo con meses de antelación, siempre hay cosas a las que acudir», dice Marisol. Prueba de este argumento son las personas que están sentadas a la mesa: José María Cerviño trabaja con una asociación de setas y el club de montañismo, al igual que Moisés Santos; Antonio Castro pertenece a la Asociación de Estudios Históricos do Eume; Jenel Vérez tiene un grupo de música que ha editado un disco y Xaime Vilaboi prefiere que lo mencionen más por ser el presidente de la banda municipal que por ser el primer alcalde de democracia, aunque tiene decenas de historias de esa época.
A golpe de movilización
«72 entrevistas con Cacharro para conseguir un instituto». Vilaboy asegura que «ser alcalde ahora es una bicoca» y recuerda todas las presiones que tuvo que soportar cuando demandaba cuestiones como un centro de salud o una escuela para el pueblo. «En el año 1981 la Guardia Civil rodeó el Concello porque reclamábamos un servicio de emergencias», cuenta. Por esa época Jenel acababa de sacarse el carné de conducir: «Un día hubo un accidente y me pidieron que llevase la ambulancia, porque no teníamos conductor», cuenta. «Es que nunca nos quisieron dar nada, para conseguir el instituto hubo que acudir a 72 entrevistas con Cacharro Pardo y hacer hasta tres manifestaciones», recuerda el exalcalde, que reconoce que en As Pontes la gente no dudaba en echarse a la calle para reclamar lo suyo. «Como cuando el año 1975 vinieron los reyes a ver la mayor central eléctrica del país y los recibieron con pancartas que decían: A siete kilómetros de aquí hay casas sin electricidad.Ideas para el lago en el que se prevé una zona pública con miles de árboles
Ideas para el lago en el que se prevé una zona pública con miles de árboles
Los siete tertulianos tienen claro que el lago se convertirá en el lugar más especial de As Pontes. Y les ilusiona, a pesar de que tienen muchos interrogantes sobre cúal será la zona pública y cuándo.
«Pedíronos ideas para o lago, pero esas ideas non se sabe onde van», se queja Antón Carballo, que tiene claro que a Endesa podría habérsele exigido mucho más después de haber explotado la mina, una opinión que comparte Moisés. Y el exalcalde recuerda que hubo expropiaciones totalmente abusivas. «Y otras que hicieron un favor a los expropiados», matizan, casi en susurros, desde el otro extremo de la mesa.
Proyecto con calma
Marisol propone tomarse con calma un proyecto que recuerda que es fruto de una iniciativa privada dentro de una parcela privada, aunque tiene claro que marcará un antes y un después para As Pontes. «Debería ser un proyecto conjunto en el que se definan bien los usos de cada suelo, es mejor hacerlo poco a poco, pero bien».
Mientras José María Cerviño no esconde que es inevitable no hacerse ilusiones, porque considera que puede ser el despegue de algo que puede transformar por completo la imagen de As Pontes y también la vida de los vecinos, sobre todo su ocio. «Podrían crearse áreas para hacer deporte, para atraer turismo…», apunta mientras el resto de la mesa asiente, aunque puntualiza que lo que se intente debe buscar la calidad.

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