José Platas participa en su segunda campaña en la Antártida

El pontés José Antonio Platas Felgueiras está participando desde hace unos días en su segunda campaña en la Antártida, dentro del equipo de la Armada Española que da apoyo logístico a científicos de un total de 18 nacionalidades, que se desplazan en el Buque de Investigación Oceanográfica (Bio) Hespérides.

El pontés José Antonio Platas Felgueiras está participando desde hace unos días en su segunda campaña en la Antártida, dentro del equipo de la Armada Española que da apoyo logístico a científicos de un total de 18 nacionalidades, que se desplazan en el Buque de Investigación Oceanográfica (Bio) Hespérides.

«Este año hemos tenido que esperar para poner rumbo al continente blanco, salimos más tarde de los habitual, en torno al 12 de diciembre, lo que hizo que las condiciones meteorológicas fuesen mucho peores que en la anterior campaña, sobre todo en cuanto a la travesía se refiere», explica el cabo pontés, que a partir del 12 de enero, y junto al resto de compañeros, comenzó a desplegar todo el material científico en las distintas bases polares internacionales.

Los proyectos a los que se enfrentan los científicos desplazados hasta la Antártida «son más variados y técnicos en cada nueva expedición», explica el pontés, mientras precisa que cada año «aumenta la preocupación por el cambio climático», ya que, precisamente, es en este punto «donde se reflejan todas las variaciones que están sucediendo».

José Platas estará al menos hasta el mes de mayo en esta nueva expedición, pero tendrá más cerca que nunca su localidad natal, ya que no ha dudado en llevarse en su maleta una bandera de As Pontes, que le envió el equipo de gobierno.

«Cuando llegó la bandera al arsenal militar de Cartagena, donde tiene base el Bio Hespérides, se me vinieron un montón de cosas a la cabeza. Melancolía mezclada con alegría», dice el joven, mientras resalta que «esta bandera connota un montón de sentimientos en la vida de cualquier pontés que se encuentre lejos de casa».

Y es que no solo se la llevó a la Antártida, sino que cumplió su promesa y la desplegó entre bloques de hielo y temperaturas bajo cero.

«No tengo palabras para explicar lo que sentí cuando desplegué la bandera del lugar que llevo en el corazón. Pensé en mi familia, en mis amigos de la infancia», relata Platas todavía emocionado, mientras añade que hacerlo en una lugar con unas condiciones tan extremas hace que sea «más especial si cabe».

«Ha sido un verdadero orgullo tanto para mí como para mi madre y todos mis familiares que siempre me apoyaron», concluye el cabo pontés, que de momento no se ha propuesto ascender en la Armada. «De momento me quiero centrar en adquirir aptitudes y poder participar en este tipo de expediciones, algo que de lo contrario sería imposible», concluye.

Fuente El Progreso

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