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Un proyecto europeo para ver células en tres dimensiones

Científicos del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) colaboran en un proyecto europeo para la obtención de imágenes en tres dimensiones de diferentes moléculas del organismo humano. Poder ver las células con una resolución de tanta calidad permitiría comprender mejor algunos de los procesos biológicos más complejos y favorecer además el desarrollo de nuevos fármacos.


Esta iniciativa comunitaria, en la que participan siete países europeos, tiene una duración de cinco años y está pensada para ser un foro que coordine las actividades de diseño e investigación de estas nuevas tecnologías y permita que posteriormente puedan ser trasferidas a la industria farmacéutica para su aplicación práctica.
Además, pretende mejorar el desarrollo de microscopios electrónicos, diseñando aparatos más exactos y sofisticados, para lo que cuenta con la participación de la principal compañía europea de fabricación de estos aparatos.
Según explica el director del proyecto en España, el investigador José López Carrascosa, del Centro Nacional de Biotecnología (perteneciente al CSIC), gracias a estos dispositivos de observación se podrán ver mejor complejos procesos celulares relacionados con diversas enfermedades así como los efectos que provocan en las células “con un detalle que hasta ahora no había sido posible”.
Para entenderlo en términos prácticos, este proyecto pretende ir más allá de la ‘simple’ observación de un tumor o un conjunto de células (algo que ya puede hacerse mediante los tradicionales microscopios ópticos). “Gracias a esto podemos ver su interior, las células tumorales que lo componen con una precisión casi atómica, su funcionamiento y las diferencias moleculares con respecto a las células sanas”, explica el investigador.
Según aclara Carrascosa, los electrónicos son los microscopios de mayor resolución que hay en estos momentos, aunque en el caso de los tejidos orgánicos existe una cierta dificultad a la hora de su aplicación práctica. Es decir, el material biológico no es observavble directamente al microscopio por lo que es necesaria una sofisticada preparación previa.
El proyecto cuenta con la participación de 15 grupos de especialistas en tomografía electrónica (una sofisticada técnica de obtención de imágenes) y con una financiación de 10 millones de euros procedentes de la Comisión Europea. Además fomentará la puesta en marcha de proyectos de formación de expertos en técnicas de microscopía, algunos de los cuáles se desarrollarán en la sede del Centro Nacional de Biotecnología en Madrid.
De momento, Carrascosa no se atreve a precisar cuáles serán las aplicaciones prácticas de este desarrollo, “todas y ninguna”. “Podremos ver células sanas y enfermas, observar los efectos que producen determinados fármacos sobre las moléculas que componen las células, determinar si se producen cambios significativos que, de otro modo serían inapreciables…”. Y aunque insiste en que el objetivo final no es el desarrollo de fármacos admite que la industria farmacéutica está muy interesada en el proyecto.

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