Fenosa debe avalar con un millón posibles daños por su lago artificial de Meirama

La antigua mina absorberá 150 millones de metros cúbicos de agua.
[La Opinión de A Coruña, por Julio Pérez] Con dos kilómetros de largo, 700 metros de ancho y una capacidad para 150 millones de metros cúbicos de agua, la antigua mina de lignito de Unión Fenosa en la localidad coruñesa de Meirama se convertirá en el segundo lago más grande de Galicia. Artificial, eso sí.


El proyecto cuenta con todos los requisitos medioambientales necesarios para ser viable, pero la Xunta le ha puesto algunas condiciones que la empresa deberá acatar para que el respeto al entorno se cumpla escrupulosamente. Precisamente, para garantizar que esas medidas correctoras se lleven a cabo y hacer frente a “posibles daños”, el informe de impacto publicado ayer en el Diario Oficial de Galicia (DOG) incluye un aval de casi un millón de euros, de 983.000 euros exactamente.
El enorme hueco en el valle de las Encrobas, justo al lado de la central térmica, se está llenando ya con agua del río Barcés. “El desarrollo del proyecto no podrá afectar de forma negativa a las captaciones para abastecimiento existentes aguas abajo del futuro lago”, señala la Consellería de Medio Ambiente. Unión Fenosa solicita para cubrir la antigua mina hasta un máximo de 807 litros por segundo del río, que deberá mantener un caudal ecológico del 33,5% de media. “Una vez formado el lago –mantiene el informe–, desaguará por rebordamiento natural cara el lecho del río Barcés”. De igual manera, el informe de impacto ambiental hace especial hincapié en los “valores naturales” del embalse de Cecebre, zona de especial protección.
Durante los trabajos de acondicionamiento, la empresa está obligada a controlar las emisiones al aire, el ruido, la acumulación de tierra –en montones que no podrán superar los dos metros de altura–, los vertidos de aceites, grasas y combustibles –de hecho, está totalmente prohibido lavar la maquinaria dentro de la zona de obras– e instalar balizas y protectores de luz para evitar riesgos con la fauna del entorno. En cualquier caso, el informe de impacto deja claro que las medidas de corrección podrán ser revisadas en todo momento en función del desarrollo del proyecto y la vigilancia que está realizando Augas de Galicia. Además, y pensando ya en el futuro de las instalaciones, la Consellería de Medio Ambiente apuesta por potenciar la agricultura aguas abajo, diseñar un plan de ordenación de los nuevos espacios creados y fomentar actividades ambientales con la creación de senderos verdes.
Un nuevo foco turístico de 36 millones de euros
A finales del pasado año, la antigua mina de lignito que Unión Fenosa gestiona a través de Lignitos de Meirama comenzó la fase final de su metamorfosis. Un proyecto que es muy, muy antiguo. Los primeros pasos se dieron en 1985, cuando el grupo energético presentó ante la Administración gallega su plan de cierre y restauración del recinto en previsión de su caducidad. La explotación del yacimiento a cielo abierto que Lignitos lleva desde 1980 está ya agotada. No hay materia prima en el suelo. Y aunque la hubiera, el lignito pardo que aportaba chocaría contra la normativa europea que obliga a las centrales térmicas a usar un alimento menos contaminante y contar con áreas de captación de dióxido de carbono. En su lugar, en 2012, está previsto el nacimiento de un gran centro de ocio natural.
Como ocurrirá con el otro gran lago artificial que impulsa Endesa en As Pontes en su mina –cerrada por las mismas causas–, el lago artificial se presenta desde Unión Fenosa y desde el propio concello de Cerceda como un nuevo foco de atracción turístico, con la intención de que en él se pueda llegar a practicar deportes náuticos. El plan contempla también la construcción de un campo de golf y senderos para rutas a caballo o a pie. ¿Cuánto cuesta emular a la naturaleza y crear un lago? Pues según las cuentas que inicialmente se manejan en el proyecto, hasta 36 millones de euros.

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