Historia de una manzana

¿Quién no ha oído hablar de la historia del garaje, de los dos amigos que, con sus ahorros y un poco de imaginación, se hicieron multimillonarios gracias a una brillante idea? Ese es el retrato del nacimiento de Apple, una empresa surgida del corazón de Steve Jobs y Steve Wozniak en 1976 en el garaje de la casa del primero. Pero después, hubo mucho más.


En enero de 1977, los dos amigos empezaron a vender ordenadores ya montados a las tiendas. De ahí hasta principios de los 80, todo fue una carrera vertiginosa para ambos, que empezaron a ganar dinero con su pequeña empresa -llamada Apple sin motivo alguno- y con ya más de un centenar de empleados.
En 1981, sin embargo, un accidente de avión dejó a Wozniak gravemente herido, y cuando se recuperó no quiso volver al trabajo, sino disfrutar del dinero ganado en los años anteriores. En 1983, y como parte de su campaña para buscar alguien con quien compartir de cabeza visible de Apple, Jobs convenció al entonces presidente de Pepsi, John Sculley, para que se uniera a Apple.
En 1984, Apple logró fama mundial gracias a un anuncio de su nuevo ordenador rodado por Ridley Scott llamado ‘1984’, y que se emitió por primera vez en la final de la Superbowl, el acontecimiento más visto de EEUU.
En el 85, sin embargo, empezaron los serios problemas para la compañía de la manzana. Jobs y Sculley comenzaron a tener frecuentes discusiones, que acabaron con la dimisión de Jobs en mayo de ese mismo año. El carismático joven se dedicó entonces a otras tareas, hasta su vuelta a la compañía en julio de 1997. Mientras tanto, la situaciónd e Apple fue pasando de mala a peor, y sólo el regreso del hijo pródigo poduo sacarla de la banca rota.
Con la vuelta de Jobs, Apple ha vivido un renacimiento espectacular, no sólo por el diseño de su nueva gama de computadoras, sino también porque ha sido capaz de obtener beneficios contínuos desde la salida a la venta del iMac, algo especialmente valorable en una época de crisis como la que ha vivido el sector en los últimos años.
De Lisa al iMac

Lisa

Se llamaba Lisa, y fue el primer ordenador personal fabricado en serie por la compañía Apple, que salió al mercado en mayo de 1977.

Primer modelo de Macintosh

Este fue el primer modelo de Macintosh, allá por el año 1984. Diseñado personalmente por Steve Jobs, presentaba por primera vez un revolucionario sistema operativo (Macintosh Graphical User Interface) que permite al usuario relacionarse con la máquina con un entorno gráfico muy sencillo. Aparece, por primera vez en la historia de los ordenadores, la ‘papelera’.

Portable, el primer portátil de Macintosh

El primer portátil Macintosh, el Portable. Salió al mercado en 1989, y tenía disquetera de 3,5”. La reacción del público, eso sí, no fue demasiado buena pese a su novedoso diseño. Quizás por su precio: 6.500 dólares de los de entonces.

iMac, la revolución de Steve Jobs

La verdadera revolución en Apple vino de la mano de Steve Jobs en agosto de 1998. El iMac fue un ordenador revolucionario, no sólo por sus cualidades técnicas, sino sobre todo por su innovador diseño.

iBook, los portátiles de Apple

Después de llevar el diseño a los ordenadores de sobremesa, tocó el turno de los portátiles. Colores divertidos, diseño muy práctica y con mucha ‘chicha’, fueron las características que marcaron el nacimiento del iBook.

G4, enfocado a los profesionales de diseño gráfico y multimedia

El mercado profesional fue el siguiente objetivo de Apple. En septiembre de 1999 llegaron los primeros G4, ordenadores dedicados especialmente a los campos de diseño gráfico y multimedia.

Titanium, los portátiles para profesionales

Y los profesionales también tuvieron sus portátiles. Los Titanium se han convertido en el objeto de culto para net-artistas, profesionales del diseño y de la música electrónica.

El nuevo aspecto del iMac

El último guiño de Apple es la evolución del iMac, hacia un concepto muy parecido a ‘Luxo’, el flexo que llevó a la fama a Pixar, los estudios cinematográficos de Steve Jobs, así como la evolución del G4, con el G5, todo un lujo.
No todo son ordenadores
Alguien debería decirle a todo el mundo que detrás de ‘Toy Story’ y ‘Monstruos SA’ no está Disney. Bueno, sí, en parte, pero sobre todo está el genio de Steve Jobs, ese señor de gafas que en 1976 inventó los Apple en el garaje de su casa con su compañero de estudios, Steve Wozniak. Porque no todo en la mente de Jobs son ordenadores, el cine también ocupa un gran lugar.
Pixar, la empresa de animación digital ‘responsable’ de algunos de los mayores hitos en la industria cinematográfica, nació en la cabecita de Jobs, y un poco de rebote. Después de que Apple fuera perdiendo ventas, litigios y fuelle contra ‘peces gordos’ de la informática como Microsoft, Xerox e IBM, Jobs acabó de patitas en la calle. La empresa de la manzana, que él mismo había creado e impulsado, prescindía de él.
En 1985 Wozniak acabó en el proyecto ‘Cloud 9’ y Jobs se embarcó en NeXT, una compañía de software orientado a Internet, pero demasiado costoso, que fue un fracaso y que acabaría años más tarde en manos de Apple. Jobs, harto de los ordenadores, decidió darle un giro radical a sus intereses profesionales y optó por orientarlos a la creación. Es cuando Jobs pone su punto de mira en los dibujos animados.
Mientras, en 1984, John Lasseter, un joven animador que trabajaba para Disney, fichó por los estudios de animación de Lucasfilms, la productora de George Lucas. En 1986 Steve Jobs compró la división de efectos especiales y de animación de Lucas por 10 millones de dólares y creó Pixar. Tras ‘Las aventuras de André y Wally B’, el primer corto de la nueva compañía, en 1987 llega ‘Luxo Jr.’, su primer golpe de efecto.

Flexo

‘Luxo Jr’, la historia de un flexo que posteriormente inspiraría los nuevos diseños de Apple, recibió el aplauso de los críticos: entonces llegaron los premios a las vitrinas de Pixar y una nominación al Oscar. En 1989 la historia de juguetes ‘Tin Toy’ les condujo por fin a la estatuilla, lo que supuso el primer gran reconocimiento a las posibilidades que ofrecía la animación digital para el cine del siglo XXI.
Pixar se trasladó a California y comenzó a ganar dinero de verdad gracias a sus trabajos para publicidad. La compañía se estaba consolidando gracias a tres factores: la técnica, la innovación y la originalidad.
En 1991 Pixar firmó un acuerdo de colaboración con Disney para desarrollar, producir y distribuir tres largometrajes de dibujos animados, aunque seguiría con su labor en el campo publicitario. El grande de los grandes en animación, Disney, apostaba sobre seguro y abría las puertas de nuevo al pródigo Lasseter.
En 1995 comenzó la ampliación de capital de Pixar y llegó el éxito de la mano de ‘Toy Story’, dirigida por Lasseter, que recibió una gran acogida del público y de la crítica. El uso del ordenador para los largometrajes de animación que hoy es una técnica habitual, en realidad tuvo su punto de arranque hace menos de una década con la historia del vaquero Woody. Tras el hito ‘Toy Story’ (y su secuela), llegarían ‘Bichos’, y más tarde ‘Monstruos SA’. Y la renovación de los contratos con Disney.
Ahora todos se apuntan al carro del ordenador (y a la moda de chiste por plano) para ofrecer al público películas de animación con un imagen renovada y más fresca. Pacific Data Images es actualmente la gran competidora de Pixar, gracias al éxito del ogro ‘Shrek’.
Jobs fue invitado a volver a Apple en 1996, una vez reconocido, de nuevo, su talento creador y su olfato para los negocios. La introducción de nuevos productos donde el diseño es esencial, siempre con el sello Jobs, volvieron a dar a Apple el impulso que necesitaba. Desde el popular iMac de 1998, Steve Jobs no ha hecho más que fortalecer su posición, pasando de consultor a convertirse en el máximo gurú de la empresa. Y además es un hombre con suerte: en una mano tiene el puesto de gran gestor en una multinacional, Apple; en otra, Pixar, la niña de sus ojos, que da rienda suelta a sus inquietudes creativas. Y lo mejor de todo es que las dos dan dinero. Mucho dinero
Curiosidades Apple
Hay un deporte llamado Macspotting. ¿Se imagina usted a Bill Gates utilizando un Macinstosh? Pues lo ha hecho. Y también Bill Clinton, Boris Yeltsin o la rana Gustavo, entre otros muchos. En los últimos meses, el macspotting (avistamiento de mac, en inglés) se ha convertido en un deporte de moda, sobre todo en Estados Unidos. Legiones de fanáticos de los ordenadores de la manzana mantienen un actualizadísimo registro de las apariciones que hacen todos y cada uno de los productos de Apple en series de televisión, películas o famosos que reconocen ser usuarios de Mac.
El ‘happy Mac’ ha desaparecido. Hasta hace unas semanas, cada vez que un usuario de Apple encendía su ordenador, un sonriente iconito le daba la bienvenida al sistema. Se trataba del ‘happy mac’, uno de los iconos más conocidos entre los ‘maceros’. Sin embargo, la nueva versión del sistema operativo ha acabado con este símbolo, relegándolo al mismo lugar que el malogrado clippy, de Microsoft. Sin embargo, y a diferencia de lo que ocurrió con este último, los usuarios de Mac se han sublevado y abogan por la vuelta al mundo de los vivos del sonriente muñeco. Miles de cartas llegan todos los días con esta petición al buzón electrónico de Avie Tevaninan, vicepresidente de Apple, que sin embargo, ha asegurado en una entrevista a elmundo.es que “no volverá más”.
Los Mac son los ordenadores de los ‘buenos’. Los ordenadores de la manzanita han sido protagonistas de decenas de películas. Empezando por la famosa frase en ‘Forest Gump’, en la que el protagonista aseguraba que “por alguna extraña razón”, había ganado mucho dinero “invirtiendo en una compañía de frutas”. La relación de Apple con Hollywood es tan buena que, por sólo citar un ejemplo, en películas como Misión Imposible, los malos siempre utilizan ordenadores con Windows, mientras que los buenos, empezando por Tom Cruise, son habituales usuarios de Mac.
El logo no siempre fue una manzana. La primera tarea de Rom Wayne era diseñar un logo para la recién creada compañía. Se puso manos a la obra, y el resultado fue un dubujo a plumilla de Newton sentado debajo de un manzano, “porque lo de estos ordenadores era una idea brillante”. Como el dibujo perdía mucha calidad cuando estaba en tamaño pequeño, en 1977 Jobs decidió cambiarlo: una silueta en blanco y negro de una manzana. Rob Janov, el diseñador el auq se le encargó, decidió quitarle un tricoti, como un bocado a la manzana, “porque si no, se confundía con un tomate”. Para darle un toque de color, añadió seis franjas horizontales de brillantes colores, como tributo a las capacidades del monitor del Apple II.
Fueron 3 los fundadores de Apple. Cuando se habla de la historia de Apple, inmediatamente surgen los nombres de los dos Steven que llevaron a cabo el proyecto: Jobs y Wozniak. Sin embargo, una tercera persona fue indispensable para el nacimiento de la compañía de la manzana. De nombre Ronald Gerald Wayne, tenía 41 años y era compañero de Jobs en Atari a principios de los 70. Cuando decidió junto a Wozniak fundar la empresa (un día de los Inocentes, que en EEUU se celebra el 1 de abril) de 1976, ofrecieron a Wayne hacerse con el 10% de la compañía, que éste vendió poco después al no llevar demasiado bien el estrés y el ritmo de trabajo de los otros dos jovencísimos empresarios.
Fuente: El Mundo

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