Veinte años de Mac

Hace 20 años una caja beige cambió el mundo. Con el lanzamiento en 1984 del Macintosh, Apple demostró que la informática podía ser humana; que un ordenador podía ser realmente personal, y que alguien dedicado a otra actividad podía utilizarlo como herramienta sin tener que hacer una segunda carrera.

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El interfaz de menús e iconos que hoy utilizan la mayoría de las computadoras del planeta se vio masivamente en el Mac por primera vez, más tarde en Amiga y Atari y muchsimimo mas tarde en Windows. La capacidad de ‘Plug and Play’ estaba ya presente en esta máquina, cuyo diseño no era demasiado feo y que en absoluto resultaba intimidante. En la época en la que los ordenadores personales de IBM eran pesadas máquinas que se manejaban con complejos comandos, el Macintosh demostró que había otra vía. Y que esa vía molaba. Sin el Mac, literalmente no estaríamos aquí.
Aquella cajita beige y simpática se extendió por las universidades, los medios de comunicación y las casas de la gente ‘in’ a velocidad de cohete. La publicidad que se le hizo, presentándolo como la computadora de los revolucionarios, casi como la maquina antisistema, encajaba con el año y también con la sensación predominante de que la informática era una cosa grande, seria y muy del ‘establishment’. El Mac no se limitaba a protestar; tomaba la informática y la ponía al alcance (económico, pero también intelectual) de la gente. Era un ordenador que cualquiera podia usar para sus cosas. Era la promesa del mundo computerizado hecha realidad. Y molaba.
Luego resultó que sus precios no podían competir con las máquinas que salían de los talleres de Asia por cuatro euros, equipadas con sistemas operativos que copiaban el ‘look and feel’ del Mac pero llevaban la marca Microsoft; que los periféricos eran estupendos y sencillísimos de usar pero caros; que el sistema operativo era propietario y cerrado; que poner Macs y Pcs en la misma red era una pesadilla; que los programas que nacieron en el Mac funcionaban mejor y más barato en Pcs; que los técnicos los odiaban por cerrados e intolerantes, pues no se les podía ‘hackear’ como a los Pcs… y poco a poco Apple fue perdiendo cuota de mercado hasta estar al borde de la catástrofe.
Mucho ha cambiado desde aquellos primeros Mac, hasta la salida de los G3 e iMac´s el begie fue el color predominante en todas las máquinas, pero en estos últimos 5 años, el begie se cambio primero por vivos colores, luego los blancos y ahora con los G5´s los metalizados. Con respecto al sistema, desde el monocromo, escritorios 2d planos, en el MacOS 8 los relieves y con el X todo más vivo, sombras, una nueva dimensión.
Felicidades, y felicidades merecidas; sin Apple y su veintegenario Macintosh la informática no sería lo mismo ni mucho menos.

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