Echar a Ence a patadas

[Diario de Pontevedra, por Adrián Rodríguez] Cuando parece que el debate de Ence en Pontevedra no da más de sí, aparece una nueva veta que explorar, esta semana la petición de una prórroga en la concesión. El análisis resulta aún más interesante porque a todo lo dicho y escrito hasta la fecha se une un matiz que antes no existía: la crisis. Una pregunta sensata a estas alturas del guión es si Pontevedra puede permitirse la postura de Lores del no por el no, es decir, si la ciudad tiene capacidad para perder esos puestos de trabajo en medio de una desaceleración a la que aún no le vemos el final del túnel. No sé si la propuesta de Marcón de Telmo Martín es buena o mala, pero al menos es un intento de que la riqueza se mantenga en Pontevedra o alrededores; algo parecido representaba la que hizo Fernando Blanco sobre Meis. Ahora bien, cada opción resulta inviable porque Ence se ha convertido en la enfermedad que nadie quiere tener junto a su casa. Parece haberse decidido que Ence en la ría no (algo asumido por todos afortunadamente), pero tampoco en la comarca, ni siquiera en la provincia, hay que echarla a patadas, así que todo apunta a As Pontes desde hace meses. No perderemos sueldos, para algo están las prejubilaciones y las indemnizaciones, sino empleos. Tal y como está el patio, quizás habría que replantearse posturas, buscar ubicaciones cercanas, negociar con vecinos, con alcaldes, dejar a un lado el no por el no, convencer de que se puede y se debe tener industria. Al menos, intentarlo. Sería un principio.

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