Anuncian encierros para reclamar la reactivación de la central de As Pontes

Un total de 17 concellos alertan de los efectos del parón en la economía comarcal

Acabar con el «sinsentido» de tener parada una central térmica que está invirtiendo 230 millones de euros para ajustarse a la normativa ambiental europea y que genera unos 900 empleos en la comarca. Alcaldes y representantes de 17 concellos de Ferrolterra, Eume, Ortegal, A Mariña y Terra Cha se volvieron a reunir ayer en As Pontes para reclamar, de forma conjunta, la reactivación de la planta pontesa y plantear acciones. Por el momento, se anuncian encierros inminentes.

En el encuentro se analizaron las acciones que pondrán en marcha «en conxunto cos concellos, a sociedade, sindicatos e empresarios» para «paliar», según señalan desde el Concello de As Pontes, la actual situación de inoperatividad de la central.

En este sentido, el presidente de la Asociación Colectivo de Transportistas do Carbón das Pontes, Manuel Bouza, dio cuenta en la reunión del inicio de una serie de encierros, que concluirán el 10 de septiembre, fecha en la que está fijada una recepción por parte del Ministerio de Transición Ecológica.

Indica Bouza que durante la jornada de hoy se concretarán las fechas de esas nuevas movilizaciones que, como adelanta, se desarrollarán en los ayuntamientos de Ferrol, As Pontes y Vilalba, si bien no descarta que a este listado pueda incorporarse a última hora algún municipio más.

Explican desde el ejecutivo pontés que en el encuentro con el Gobierno Central se entregará un escrito firmado por los 19 alcaldes de las comarcas afectadas para que «unha central que está adaptada á normativa ambiental europea máis esixente non teña que sufrir por culpa da especulación dos prezos do CO2 que afecta agora a As Pontes, pero que vai afectar a outras», en palabras del alcalde y presidente de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso.

Este asunto, junto a la implantación del céntimo verde, dependiente del Gobierno Central, que grava a las centrales térmicas de carbón y no a otras tecnologías de combustión, impide que la planta de Endesa pueda actualmente entrar en el mercado.

En este contexto, los transportistas fueron los primeros en sufrir las consecuencias del parón. En otoño, podría alcanzar a las auxiliares de Endesa, que emplean a unas 250 personas. No en vano se estima que su carga de trabajo se reducirá entre un 50 y un 60%. Se mantienen pues la reivindicación de una «transición ecolóxica xusta» y la exigencia de mecanismos que permitan que la central vuelva a operar.

Fuente La Voz de Galicia

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