«Cualquier día encontramos la puerta de la planta cerrada»
[La Voz de Galicia] Daniel Pena, un joven de Fene de 29 años, se ha pasado la primera mitad del año afectado por un expediente de regulación de empleo, aplicado en su centro de trabajo, la planta pontesa de LM Composites. Aunque ha regresado a su puesto, sostiene que tiene la espada de Damocles del paro encima de la cabeza. «Los últimos rumores apuntan a que cerrará en noviembre, aunque nadie nos dice nada claro», asegura.
La incertidumbre está haciendo mella en los operarios de la planta pontesa, que está dedicada a la fabricación de palas para aerogeneradores de un tamaño menor del que actualmente demanda el mercado. El hecho de que el grupo danés haya cerrado unas instalaciones que tenía en Ordes y también haya aplicado un ERE en su factoría de Ponferrada (León) constituyen para los operarios de la villa minera unos antecedentes nada halagüeños. La empresa había asegurado que contaba con pedidos que garantizaban la producción al menos hasta los primeros meses del próximo año, pero, según Daniel Pena, «ahora parece que lo más seguro es que ese trabajo lo hagan en Ponferrada».
Daniel está casado y tiene dos hijas, de siete y cuatro años, y aunque su mujer también trabaja, «tiene un sueldo pequeño», por lo que el mayor peso de su economía recae sobre su salario. Ante las incertidumbres que se abren sobre su futuro laboral, este operario ya se ha planteado la posibilidad de cambiar de puesto, aunque subraya las dificultades a las que se enfrenta. «Ahora mismo, estando la situación como está, que no hay nada en ningún lado, tampoco es fácil encontrar un nuevo empleo», afirma.
Durante los seis primeros meses del año, la mitad de la plantilla de la factoría de As Pontes se marchó para sus casas con una regulación temporal y, desde julio y hasta finales de año, le toca a la otra mitad. Daniel ha vuelto al tajo, pero admite que los ánimos no son los de hace un año. «Ahora voy a trabajar un poco más agobiado, y mis compañeros igual», explica.
Daniel cree que LM tiene poco interés en mantener el casi centenar de puestos de trabajo de As Pontes. «En cualquier momento aparece la puerta de la planta cerrada, como hicieron en Ordes», advierte este joven, quien desea que al menos la compañía informe de sus planes a la plantilla.