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Cuentas reprueba la gestión del Plan E en el 67% de los concellos fiscalizados

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Censura la falta de supervisión municipal de algunos proyectos, la inadecuada publicidad que se le dio a los contratos o el retraso en los plazos que fijó el Gobierno para iniciar y entregar las obras
[La Opinión de A Coruña] A finales de 2008, cuando la economía española ya había empezado a mostrar síntomas de debilitamiento, José Luis Rodríguez Zapatero anunció dentro del llamado Plan E de medidas económicas un fondo de 8.000 millones de euros dirigido a los ayuntamientos para favorecer la creación de empleo en el ámbito municipal. Bajo el paraguas del llamado FEIL (Fondo Estatal de Inversión Local) los concellos gallegos recibieron 484,83 millones de euros a repartir entre 2.552 proyectos para la construcción de infraestructuras locales de todo tipo. Pero la gestión de este dinero no fue todo lo satisfactoria que debía. Según el informe del Tribunal de Cuentas (TC) sobre las contrataciones financiadas con cargo al FEIL, 33 ayuntamientos gallegos incurrieron en algún tipo de irregularidad en uno o incluso en todos los proyectos que costearon con estos fondos.


El ente fiscalizador no analiza todas las obras autorizadas en Galicia -donde el único municipio que no recibió ninguna partida del FEIL fue Os Blancos- pero centra su atención en una muestra lo suficientemente representativa como para sacar conclusiones. Su análisis se focaliza en 116 obras repartidas en 49 concellos, de los cuales 33 (el 67%) suspenden el examen por los defectos y anomalías hallados en su gestión. La mayoría de estos concellos (18) pertenecen a la provincia coruñesa. Son, concretamente, Cambre, Carballo, Carnota, A Coruña, Fene, Ferrol, Malpica, Muros, Oleiros, Ordes, Oroso, A Pobra do Caramiñal, As Pontes, Rianxo, Santiago, Sobrado, Valdoviño y Vimianzo. En la lista negra de Cuentas también figuran seis municipios lucenses (O Corgo, Lugo, As Nogais, Vilalba, Viveiro y Foz), otros seis de Pontevedra (Agolada, Pontevedra, Salceda de Caselas, Redondela, Vilanova de Arousa y Vigo) y tres de Ourense (Barbadás, O Carballiño y Ourense).
En todos ellos Cuentas detecta alguna irregularidad municipal antes, durante o después de la adjudicación. En la fase inicial las principales anomalías se refieren a la falta de supervisión por parte del concello que, legalmente, está obligado a verificar que los proyectos presentados cumplan la normativa vigente, así como el retraso o la inexistencia de la llamada acta de replanteo, que constata la disponibilidad de los terrenos en los que se proyecta la actuación para garantizar que el contrato se ajusta a la realidad.
En cuanto a las deficiencias en la adjudicación, la más frecuente es la falta de una adecuada publicidad de la fase licitadora, una obligación universal (salvo para los contratos negociados sin publicidad, una fórmula de la que, en opinión del TC, abusaron las entidades locales que se acogieron al FEIL) pero que, pese a todo, incumplieron nueve de los 33 concellos gallegos analizados.
El último bloque de irregularidades se refiere a la ejecución y los plazos de las obras, un capítulo regulado en el propio FEIL ya que su objetivo era financiar actuaciones en 2009 para ayudar a paliar la situación económica existente en ese momento. Pero ocho concellos incumplieron el requisito de ejecución inmediata del Gobierno, que obligaba a iniciar las obras como máximo 25 días después de la adjudicación, cuatro se retrasaron más de 60 días en los pagos a los contratistas y 9 incumplieron la fecha de fin de obra justificada ante Madrid.
Concellos grandes como Ferrol (con seis proyectos fiscalizados) suspenden el examen en todas las fases de la tramitación, ya sea por falta de supervisión, por la deficiente o nula publicidad que se le dio a los contratos o por incumplir el requisito de ejecución inmediata de las obras. Y entre los pequeños destaca el caso de Cambre, un concello que en cuatro de los seis contratos analizados permitió que la ejecución se iniciara con retraso (hasta de 14 meses en el caso de la sustitución de la red de saneamiento del núcleo de Amil) y en uno de los proyectos no presentó acta de replanteo.

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