El alcalde busca «difamaciones» en los ordenadores de la Policía
Las relaciones entre el gobierno local de As Pontes, en manos del BNG, y los trabajadores municipales atraviesan por un momento realmente crítico. El último episodio ha dejado boquiabiertos a los empleados y, sobre todo, a sus representantes sindicales. El domingo por la tarde, el alcalde, Víctor Guerreiro, se incautó de cuatro ordenadores del Concello: los dos que usa la Policía Local, otro de intervención y un cuarto de la oficina de personal. Las terminales quedaron guardadas esa noche en el despacho de la secretaría municipal. Al día siguiente, lunes, muy temprano, Guerreiro mandó hacer dos copias de cada disco duro para, a continuación, devolver los ordenadores a las oficinas de las que procedían.
Esos discos con toda la información contenida en los cuatro aparatos están guardados en sobres precintados y a buen recaudo, según Guerreiro, que ayer informó de que va a solicitar una autorización judicial para acceder a esos datos.
¿Qué busca el alcalde en los ordenadores municipales? Lo explica él mismo. Víctor Guerreiro dice que últimamente se están repartiendo por la villa panfletos contra el gobierno local, en los que sobre todo el regidor, pero también otros concejales, son tachados de dictadores, entre otras lindezas. Bien, pues Guerreiro sospecha que ese material «difamatorio» se ha elaborado utilizando medios municipales.
El alcalde pontés asegura que si finalmente logra demostrar que así ha sido tomará medidas contundentes porque «non podemos permitir ese xeito de actuar mafioso» y esas «calumnias».
«Dalgún xeito estamos enfrentados a unha mafia». Así describe el alcalde las relaciones con los representantes de los trabajadores municipales. Y éstos, ¿qué dicen? Pues están sorprendidos e indignados y exigen explicaciones oficiales sobre los motivos de la incautación y de la realización de copias de los discos duros. Uno de los ordenadores es habitualmente utilizado por un agente de la Policía Local que es, además, presidente de la junta de personal. Este órgano, junto al comité de empresa, le recuerdan al alcalde lo siguiente: «A liberdade de acción sindical debe ser escrupulosamente respetada, a acción dos representantes sindicais está especialmente protexida por leis de carácter orgánico e o concello debe respetar o dereito do persoal que exerce a súa defensa».
Además, los representantes sindicales manifiestan su repulsa a la inspección «sin notificación previa e sen resolución entregada aos traballadores usuarios desas ferramentas».
Los que también han reaccionado de forma airada por la retirada de los ordenadores y la copia de sus discos duros son los concejales del PP, grupo que ha solicitado la convocatoria de un pleno para que el alcalde explique los motivos de la acción. Los populares piden el apoyo de los otros grupos de la oposición municipal (PSOE y Amigos de As Pontes) para obligar al BNG a fijar la sesión.
Los socialistas aún no han tomado una postura oficial, aunque ayer su portavoz, Valentín González Formoso, avanzó que estaba en contra de las medidas ejecutadas por la alcaldía.
Este episodio es el último de un conflicto laboral que se desató hace dos años cuando el gobierno local decidió suprimir el suplemento de productividad a los trabajadores que lo llevaban cobrando hacía años.
Así empezaron los cruces de acusaciones y de denuncias en el juzgado entre el BNG municipal y los trabajadores del Concello de As Pontes, que llegaron incluso a convocar manifestaciones.
Control horario
Una de las medidas que menos gustaron a los empleados fue la implantación de un sistema de fichaje para controlar las salidas y entradas del personal.
En la actualidad, este método funciona en la casa consistorial y en la sede del departamento de Cultura (Casa Dopeso) y el alcalde pretende ampliarlo al resto de las dependencias, como la nave de obras que está construyendo en el polígono de Os Airíos.
Este conflicto laboral afecta incluso a las relaciones entre el Bloque y la CIG de As Pontes, sindicato que posee la mayoría de delegados tanto en el comité de empresa como en la junta de personal.
Fuente: La Voz de Galicia