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El riesgo de las redes WiFi, a debate

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Primero fueron los peligros a los que se exponían los niños que vivían cerca de antenas de telefonía móvil. Ahora, un estudio realizado por el Instituto de Salud de Toronto señala que existen determinados riesgos potenciales de salud debido a los puntos de acceso inalámbricos.


Según ha señalado Ronald MacFarlane, supervisor de salud medioambiental de salud pública de Toronto, “cuando los teléfonos móviles alcanzaron su popularidad en 1999, los responsables nos preguntaron sobre los riesgos de las antenas y de las torres. De manera muy similar ve la gente ahora las antenas de WiFi y nos preguntan si existen riesgos reales”.
En base a las recomendaciones del primer estudio, el instituto determinó el nivel máximo de exposición a las ondas de radio de frecuencia electromagnética, y que se establecerían en 100 veces por debajo del Código de Seguridad 6, según una guía desarrollada por el Instituto de Salud de Canadá. “En este punto, intentamos determinar si hay un conflicto entre un uso prudente y el empleo actual de las redes WiFi”, ha señalado MacFarlane. Según éste, “de momento, las redes inalámbricas aparentemente se sitúan por debajo de los niveles de recomendación, de modo que no existe necesidad alguna de alterar los estándares creados”.
MacFarlane ha explicado que multitud de dispositivos emiten radiaciones electromagnéticas (línea de tensión, routers WiFi, teléfonos móviles, radios y televisiones), afectando de forma variada en los sistemas biológicos.
El espectro electromagnético se divide en dos categorías: radiaciones ionizadas y no ionizadas. Las radiaciones de alta frecuencia con onda corta en el final del espectro ionizado, como los rayos X y los gamma, tienen posibles efectos en la salud humana. En el límite entre las radiaciones ionizadas y las no ionizadas está la radiación ultra violeta, emitida por el sol, ligada claramente con el cáncer de piel.
Sin embargo, los estudios que relacionan cánceres con las frecuencias de determinados aparatos electrónicos son sumamente débiles.
Pero como dato más esclarecedor, una torre de telefonía móvil opera a 10.000 veces más potencia que una unidad WiFi, mientras que la torre de una emisora de radio FM es 100.000 veces superior. Así, y según Tony Muc, físico y profesor de la Universidad de Toronto, “esta aplicación en particular se pierde en un mar de campos electromagnéticos en el que vivimos día a día”.

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