Ence confirma su voluntad de dejar Galicia al potenciar Navia y Huelva

Ence no invertirá ni un euro más de lo necesario en Galicia mientras consideren incierto su futuro en esta comunidad. La empresa confirma así, en cierta medida, su intención de dejar Galicia ante la caducidad de la concesión de Pontevedra en un plazo de nueve años.


Por el contrario, las fábricas de Navia (Asturias) y Huelva recibirán la mayor parte de la tarta inversora de la empresa que preside Juan Luis Arregui. La pastera ha diseñado un plan para incrementar su producción en celulosa y energía eléctrica cuya financiación, por importe de 350 millones de euros y un vencimiento final de cinco años, cerró el jueves con un sindicato de bancos formado por el Banco Bilbao Vizcaya, Caja Madrid, Sabadell, el Banco Popular, Banesto y el ICO (Instituto de Crédito Oficial), como entidades directoras y aseguradoras.
Esta nueva operación crediticia sustituye a la firmada el pasado 2 de abril -por valor de 1.225 millones de euros-, con el mismo conglomerado de entidades financieras y permitirá a Ence gestionar de forma independiente sus inversiones en España y en Uruguay, cuyo proyecto está pendiente ahora de la entrada de un socio industrial. Dicho de otra forma, se refunden los tramos del préstamo asociados a los proyectos energéticos y de producción de celulosa en las plantas españolas.
La operación, «en condiciones de coste satisfactorias» está estructurada en dos tramos, señaló ayer Ence. Uno, de 225 millones de euros se destinará al desarrollo de las inversiones industriales del grupo en España. Un segundo tramo, de 125 millones más se dedicará a la cobertura de las necesidades de circulante de la compañía.
«Con la firma de esta operación, la compañía financia en su totalidad todos sus proyectos de expansión y mejora de eficiencia en España, en particular -enfatiza el comunicado oficial- las fábricas de Navia y Huelva, cuya entrada en producción se prevé en el primer semestre del 2009, así como sus necesidades futuras de circulante».? Pero la estrategia de la pastera de preparar sus otras dos plantas en España, dejando a un lado a la factoría pontevedresa, para incrementar su producción de celulosa en 200.000 toneladas -a un coste sensiblemente inferior a los 300 euros por tonelada-, y generar más de un millón de megavatios hora de energía verde en el 2009, no viene de ahora.? Su plan estratégico del 2007 -elaborado y aprobado poco tiempo después del relevo en la presidencia del gallego José Luis Méndez por el accionista mayoritario en aquel momento, Juan Luis Arregui- ya contemplaba el impulso de la otrora vetusta factoría de Navia, para tomar el relevo a la planta de Lourizán como la joya de la corona del grupo pastero.
Todo en contra
La afección de Costas de los terrenos en los que se asienta la fábrica pontevedresa y la oposición política y social a que permanezca por más tiempo al pie de la ría de Pontevedra, dieron un giro a la estrategia empresarial de los nuevos propietarios de Ence.
A mayores, se suma el aún reciente fiasco del concurso eólico, en el que aspiraban a 638 megavatios eólicos que supuestamente servirían para financiar el traslado de la planta pontevedresa a otro punto de Galicia y el cierre de su ciclo productivo, asociados a capital gallego. Manuel Jove, Epifanio Campo y Jacinto Rey, participaban con Ence en Inveraván Gestión de Inversiones, cuyo proyecto fue rechazado por la Consellería de Industria, y se frustraba así una operación que lamentó hasta el alcalde de Pontevedra, el nacionalista Miguel Anxo Fernández Lores.
Así las cosas, la permanencia de Ence en Galicia depende únicamente de un giro en la voluntad política de la Xunta que garantice la viabilidad de su futuro en esta comunidad. Y la etapa electoral no es precisamente propicia para intentar sondear posibilidades.

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