«Estoy contentísimo con el gol, pero lo que quiero es seguir jugando»

El canterano considera su estreno goleador en Primera División como un paso más hacia su gran meta: convertirse en indiscutible en el equipo de sus amores.
[La Voz de Galicia] Transmite seguridad y sangre fría, las dos cualidades que lo convierten en uno de los mejores centrales jóvenes de la Liga. Piscu (As Pontes, 1987) no esperó al jueves para redimirse de su mal partido en Aalborg. Con la confianza de Lotina, quien volvió a contar con él y lo situó en su posición natural, el centro de la zaga, coronó su buen trabajo defensivo con un gol que valió un punto.


¿El del domingo se convirtió en su partido esperado?
Es un recuerdo muy bonito. Mi primer gol y, encima, contra el Valencia. Me acordaré siempre, pero el día del debut en Primera es el que más te marca.
¿Recibió muchas felicitaciones?
Sí, de los amigos y de familiares, pero me quedo con la gente que está conmigo y me quiere, y que está apoyándome cuando las cosas salen mal.
¿Cuál fue la más especial?
Mis padres vinieron al campo y nada más salir me dieron un abrazo.
¿Sabía que era el único central del Dépor que quedaba por marcar esta temporada?
Es algo anecdótico que un defensa consiga goles. Lo importante es jugar, pero cuando marcas es una alegría enorme para ti y los tuyos.
¿Disfrutó más del gol por tratarse del Valencia?
Es un rival al que se le tiene ganas en A Coruña. Estoy contento por el gol, pero se me quedó un sabor agridulce porque nos pudimos llevar el partido.
¿Dónde estaba cuando el Dépor perdió la Liga del 94?
Estaba en As Pontes, viendo el partido en casa de un vecino. Tenía 6 años. Aún no jugaba en el Endesa. Ya me gustaba el fútbol, pero jugaba con mi padre o con los amigos o en los recreos del colegio, como cualquier niño.
¿Cuándo dejó As Pontes?
Me marché de casa con 14 años. Pasé un año en el Liceo y luego viví en Elviña. Ahora estoy en un piso con mi hermana.
¿Su gol es la mayor alegría que se llevó en el fútbol?
La mayor satisfacción es ganarte un puesto y jugar con regularidad. Estoy contentísimo con el gol, pero lo que quiero es seguir jugando, porque lo que importa a cualquier jugador es crecer, y eso solo se hace con los máximos minutos posibles.
¿La estrategia estaba ensayada?
Sí, tenemos jugadas preparadas tanto en las faltas como en los córneres y a mí me tocaba estar en el segundo palo.
¿Cuándo supo que su cabezazo iba a acabar en la red?
El centro de Sergio iba perfecto y ahí tienes que entrar con convicción de que vas a meterlo. Pero hasta que superó a César no me lo creí. ¿Puedo añadir algo?
Sí, claro.
A todos los compañeros les quiero dar mi agradecimiento, porque todos me animaron.
Vivió esta semana las dos caras del fútbol: la triste de Aalborg y la alegre frente al Valencia.
Partidos como el de Dinamarca siempre se dan a lo largo de una temporada. No hay ningún rival inferior y cualquiera te puede ganar.
¿Pasó una semana especialmente dura para usted?
Siempre salgo a trabajar y a darlo todo. Luego, unas veces sale mejor y otras peor.
¿Le entraron dudas sobre su rendimiento?
La verdad es que no. Yo juego donde me pongan y cada vez que salgo al campo siempre aprendo algo. De central tengo que aprender mucho y de lateral, que no es mi posición, aún mucho más.
¿Habló con su entrenador en los últimos días?
Sí, pero fue una conversación entre los dos. Solo puedo decir que fue sobre el partido del otro día y de cara al que jugamos ayer (por el domingo).
¿Le sorprendió jugar dos partidos seguidos, aunque todo apuntaba a que podría descansar de cara al próximo jueves?
No me sorprendió porque formo parte del equipo y el entrenador decide a quién elige y a quién no. Si te toca a ti, solo puedes intentar aprovechar esa oportunidad.
¿Por qué un defensa lleva el dorsal siete?
Me tocó. No es que me guste ni nada. Me lo puso el delegado del equipo. En realidad, ni lo elegí. El número estaba libre y me enteré luego de que me lo había puesto, y no pasa nada.
¿Qué entrenador le ha marcado más?
Tito [el entrenador del Fabril] y Devesa [el del juvenil de División de Honor]. A Devesa le estoy muy agradecido porque confió mucho en mí. Cuando era cadete me subía al juvenil. Y si no fuera por Tito, tampoco estaría hoy aquí, ya que era el que me ponía en el Fabril. Luego están los entrenadores del Endesa: Vilaboy y Billy, y Agulló, el seleccionador gallego, que me llevaba con los de categoría superior.
¿Se llevó algún recuerdo del encuentro?
Mi camiseta. Y ya la tengo bien guardada.

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