[La Voz de Galicia, por Xose Ferreiro] Susana Castro Pena es una de las grandes deportistas de As Pontes. Cinco veces campeona de España, hoy preside el club que la vio nacer como atleta, el Olympo, que trata de impulsar de nuevo su modalidad en la villa.
– ¿Quiénes fueron las personas que más le influyeron?
– Celso Barro se convirtió en compañero de muchos entrenamientos en una edad en la que es fácil dejar el deporte de lado porque entrenaba sola. Luego en Santiago éramos un grupo de amigos, y guardo con especial cariño esa etapa.
– ¿Con qué especialidad se queda y cuál se le dio mejor?
– Por todo lo que me aportó, el 800, creo que le tenía el punto cogido y leía bien las carreras. Pero siempre me tendré la espina de no haber preparado un buen 400 vallas o un heptatlón.
– Ganó tres Campeonatos de España individuales de 800.
– Dos en categoría júnior en el 2004. El primero, en pista cubierta, me sorprendió bastante, pues me cogió después de pasar de entrenar en mi pueblo con mi entrenador de toda la vida a plantearme dejarlo por mis estudios en Santiago, y aún así gané, y bien. Unos meses después, al aire libre, me jugaba estar en la selección española y sentí mucha presión, la noche anterior apenas había dormido, pero volví a ganar. El tercero fue en sub-23 en pista cubierta, en el 2007, quizás el que más valore. Por mis estudios nunca pude enlazar dos temporadas entrenando a tope, y la anterior la había pasado en blanco. Mi entrenador, Mariano García Verdugo, y yo apostamos fuerte y conseguí vencer.
– ¿La medalla que más valora?
– Diría tres, mi primera medalla en un Campeonato de España, bronce en 400 vallas, mi primer oro en un estatal, y el último, que refleja el sacrificio para conseguirlo. Pero cada medalla que tengo me transmite algo.
– ¿Le quedó algún sueño por cumplir?
– Me quedó la incertidumbre de saber a dónde podría haberllegado de poder enlazar cinco años entrenando a un alto nivel.
– ¿Que sintió cuando dejó la competición?
– No lo dejé de forma brusca, pasé varios años arrastrándome por las pistas, en una relación de amor y odio. Echo de menos las sensaciones, levantarme con agujetas, lo que indicaba que estaba entrenando duro, las series de calidad, y la competición, que me encantaba. Me aportaba disciplina, valores, y me enseñó a afrontar contratiempos y a conocer muchos amigos.
– ¿Cómo surgió la posibilidad de ser presidenta de su antiguo club?
– Dejé de competir y al regresar a mi pueblo vi que el atletismo estaba muy parado, y me daba mucha pena. Empecé a echar una mano, luego cambió la junta directiva, entre todos me eligieron y no me importó porque quiero participar de forma activa. Es una gran satisfacción por un lado y presión por otro. Nos queda mucho por andar y no avanzamos al ritmo que me gustaría, y me frustra un poco.
– ¿Qué planes tienen?
– Continuar los entrenamientos con los socios y la Escuela de Atletismo, además de organizar en As Pontes la Carrera de San José, la Olimpiada Escolar, los entrenamientos para la Carrera de la Mujer, y la San Silvestre. En un futuro me gustaría incluir actividades y charlas. Nos interesa fomentar unos hábitos de vida saludables y transmitir valores a los niños y que encuentren su mundo dentro del atletismo.
– ¿Cuál es su labor en el club?
– Coordino la gestión, llevo el blog y la cuenta de twitter, hago los entrenamientos del grupo de mujeres, debido al éxito de la Carrera de la Mujer -me emocionó correrla con mi madre y mi hermana-, aunque también asisten hombres y esperemos que se unan más, y también los entrenamientos de los populares del club. También organizaba los eventos, aunque en esto me relevó Miguel Vilaboy.