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La AG-64 sigue en Vilalba con fallos de señalización pese a los nuevos carteles

[La Voz de Galicia] El último tramo de la autovía Ferrol-Vilalba (AG-64), que va de Cabreiros a la capital chairega, lleva en servicio dos meses y medio aproximadamente. Abierto a finales de febrero, acerca el tráfico de Ferrol, del entorno de la ciudad departamental, de las comarcas del Ortegal y del Eume y de la zona occidental de A Mariña al centro de la provincia lucense, y facilita además la conexión con la transcantábrica (A-8), que desde Vilalba permite circular rumbo a Baamonde para enlazar en esa localidad con la autovía del Noroeste.


Sin embargo, la conclusión de la AG-64, largamente esperada en todo el norte de Galicia, ofreció también una serie de carencias, relacionadas fundamentalmente con deficiente señalización en carreteras que están situadas cerca de esa autovía o que confluyen en ella. También entonces se comprobó la existencia de algún acceso en mal estado, en tanto que la confluencia de la AG-64 con la A-8 carece del alumbrado que en cambio tienen la intersección de otras autovías o de algún cruce cercano. Ciertas deficiencias de señalización se subsanaron en días pasados, pero otras todavía siguen pendientes.
Nueva señalización en Vilalba. Los automovilistas que llegan a la rotonda de Sete Pontes encuentran ahora señalización que informa de la posibilidad de acceder a la AG-64, distante algo más de dos kilómetros de ese lugar. Por esa rotonda pasan el tráfico que llega de A Mariña y de Asturias por la N-634 o el que sale del cercano polígono industrial: ambos pueden circular hacia As Pontes y Ferrol o hacia la A-8.
Carencias en la capital chairega. El automovilista que sale del centro urbano vilalbés por Campo de Puente tiene, poco antes de la rotonda de Sete Pontes, una gran señal que por ahora omite la entrada en servicio de la AG-64. Igual situación sigue dándose en la LU-118, que va del cruce de la rúa da Pravia con Campo de Puente y con Plácido Peña a la rotonda de Grandisca, en donde confluye con la A-8, con la AG-64 y con la LU-861: poco antes de ese punto hay un gran panel en cuya información aún no parece haber entrado en servicio el tramo Cabreiros-Vilalba, aunque sí anuncia la A-8 hacia A Mariña y Asturias pese a estar en obras en todos los tramos situados al norte de Vilalba. Para tomar la A-8 hacia A Mariña y Asturias hay que recorrer algo más de 50 kilómetros hasta Barreiros por la N-634.
Señales y faltas en Santaballa. Los automovilistas que toman el acceso a la AG-64 en el barrio santaballés de Carrizo ya encuentran, en el inicio de la vía, sendas señales que informan a cada lado de la vía de la posibilidad de enlazar con la autovía. Sin embargo, antes de ese cruce no hay señales que orienten a los automovilistas que circulan por la LU-861 desde Vilalba o desde Cabreiros. En ese lugar desemboca también otra carretera local que conecta con la charca do Alligal y con un hotel de cuatro estrellas con spa y que también carece de señales antes de llegar a a ese cruce.
Mejora de un acceso santaballés. La carretera por la que se accede a la AG-64 desde Santaballa será mejorada próximamente dentro de una actuación que ya ha adjudicado la Diputación Provincial, titular de la vía, y que incluye también, con un presupuesto total de algo más de un millón de euros, trabajos en otras dos carreteras cercanas. Del acceso a la autovía al barrio de Carrizo hay aproximadamente una distancia de 1,5 kilómetros: el tramo tiene hoy un firme que presenta mal estado en una gran parte del trayecto, y está sin pintar.
Información en la A-8. Circulando desde Baamonde por la A-8, hay ahora, poco antes de la rotonda, información de que se está cerca de la rotonda donde se puede tomar la AG-64.
A oscuras. Aunque es un lugar en el que confluyen dos autovías y dos carreteras y ha sido escenario de algún accidente antes y después de la entrada en servicio del último tramo de la AG-64, la rotonda de Grandisca carece por ahora de iluminación.

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