Habían sido concebidas para jugar en la misma división que otras tecnologías, lo que les permitiría competir en el mercado diario, pero fueron relegadas al de respaldo. Es como un coche de alta gama que ha sido diseñado para circular por una autopista, para circular a una velocidad constante, y se ve obligado a hacerlo por carreteras secundarias y en condiciones desfavorables.
Modificaciones
«Tuvimos que hacer modificaciones importantes, muchas de ellas ni el propio fabricante de las máquinas tenía la experiencia suficiente para ello», recuerda. Pero con «el esfuerzo de la gente de la central, con el objetivo de mantener cuota de mercado y de seguir siendo útil para el sistema, se implantaron muchas mejoras, como la reducción de tiempos de arranque, reducciones de la mínima carga que podía dar la planta, y velocidades de subida y de bajada mucho más rápidas para cubrir ese hueco que dejan otras centrales».
Pablo Blanco explica que actualmente el sistema está demandando más actividad a los ciclos combinados, ya que los precios del gas son propicios y la tonelada de CO2 se ha encarecido, lo que favorece el funcionamiento de los grupos de gas.
A futuro, considera que los ciclos van «a mantener un papel importante en la transición energética», tanto por la capacidad como por la flexibilidad que aportan al sistema.
Hueco térmico
No obstante, sostiene que, por la propia evolución del mix de generación, el hueco térmico irá adelgazando, imponiéndose otras tecnologías, y no habrá lugar para todas las centrales de ciclo combinado que se han instalado en el país y que, en conjunto, suman 26.000 megavatios de potencia.
Fuente La Voz de Galicia