A Coruña concentra ya la mitad de las aldeas que desaparecen cada año en Galicia

Lugo es la provincia gallega con más núcleos de población abandonados, un total de 591. Ferrol es la única de las siete ciudades que mantiene todos sus pueblos habitados
[La Opinión de A Coruña] Cada año que pasa decenas de aldeas gallegas desaparecen víctimas del abandono, la gran dispersión territorial de la comunidad y una población cada vez más envejecida. Ni siquiera el retorno al rural de algunos jóvenes debido a la crisis ha sido revulsivo suficiente para poner freno a un fenómeno diagnosticado y conocido desde hace años por las administraciones públicas pero de muy difícil solución. Las últimas víctimas del abandono en Galicia fueron las 63 aldeas que, según los datos del INE, se quedaron totalmente vacías durante 2009. Es una cifra algo más pequeña que la del año anterior, cuando desaparecieron 76 núcleos, pero que duplica todavía la treintena de pueblos que se quedaban vacíos en Galicia a principios de siglo.


El fenómeno del abandono se ha convertido en un mal endémico para Galicia pero sigue experimentando cambios, sobre todo, en la distribución territorial de las aldeas que se van quedando vacías. Lejos de ser un problema restringido a concellos rurales y del interior, como ocurría hace más de 20 años, los pueblos fantasma han ido surgiendo por toda la comunidad, cebándose especialmente con dos provincias: Lugo y A Coruña. Entre ambas concentran hoy por hoy el 82% de todas las aldeas abandonadas de Galicia y siguen siendo las que más contribuyen a engrosar esa lista. El ritmo al que se van perdiendo núcleos de población en la provincia coruñesa, con todo, parece haberse acelerado. Durante 2009, A Coruña sumó 34 pueblos fantasma a sus estadísticas frente a los 18 que se quedaron vacíos en Lugo, los seis de Pontevedra y los cinco de Ourense. Un año antes, sin embargo, la provincia solo había perdido 19.
Movimientos interiores
A Coruña sigue siendo la segunda provincia con más aldeas abandonadas (559 frente a las 591 de Lugo) pero a este ritmo no tardará en escalar hasta el primer puesto del ranking. A pesar de ser la provincia más poblada de la comunidad y del plus de dinamismo que se le presupone a los municipios de la franja atlántica, donde se concentran la mayor parte de los gallegos, en su contra juega un factor determinante para explicar el abandono: la dispersión. Y es que los 94 concellos coruñeses cuentan en total con 10.398 entidades de población, casi la tercera parte de los 30.038 que hay en Galicia.
Otro elemento clave, en opinión de los expertos, son los particulares movimientos de población que caracterizan a A Coruña, donde la gente suele moverse del interior a la costa en busca de mejores oportunidades laborales y económicas pero sin abandonar la provincia.
De esta sangría no se salvan ni siquiera las ciudades gallegas, a las que también afecta el fenómeno de la despoblación aunque lógicamente a mucha menor escala. Los casos más graves son los de Pontevedra, un concello pequeño pero con una quincena de parroquias rurales en el que el INE detectó 22 aldeas abandonadas, y Lugo, con nueve núcleos vacíos. Solo Ferrol permanece con todos sus núcleos habitados, mientras que en A Coruña hay un solo núcleo abandonado (Monte tras da Costa) y en Santiago, Vigo, Vilagarcía y Ourense dos.
El abandono, con todo, también se ve compensado por el fenómeno inverso: la rehabilitación de aldeas. Según los datos del INE, 39 núcleos de población que en el año 2008 constaban como completamente deshabitados, consiguieron recuperar población a lo largo de 2009. Es un fenómeno aún minoritario pero que puede guardar relación con la crisis ya que se detecta una vuelta al rural por parte de familias y gente joven asfixiada por el paro y los elevados precios de la vivienda en la ciudad.

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