Endesa se ha visto obligada a apagar dos de los cuatro grupos de generación con los que cuenta en la planta

El paro de los transportistas del carbón que comunican el puerto exterior de Ferrol con la central térmica de As Pontes ha obligado a Endesa a tomar medidas. Desde ayer, las instalaciones pontesas funcionan a medio gas, tras haber tenido que apagar dos de los cuatro grupos de generación de energía con los que cuenta, para dosificar las reservas de mineral que quedan en sus parques de almacenamiento. ? El bloqueo a la salida de mercancía de la dársena ferrolana alcanza hoy su vigesimosexta jornada. Los más de 120 transportistas que históricamente se han encargado de hacer el traslado están en desacuerdo con las tarifas que la nueva adjudicataria del servicio, el grupo Estéllez ?-ganador del concurso convocado con Endesa-, pretende pagarles. Para mover sus camiones, exigen que al menos se les abone la tonelada al mismo precio que lo hacía la anterior concesionaria, el grupo Tojeiro: 3,53 euros, frente a los 3,47 de la última oferta.


Y por ello, en las explanadas de los muelles de Caneliñas se amontonan unas 365.000 toneladas de mineral, procedentes de las bodegas de dos buques carboneros, el Genco Hadrian y el Bet Fighter, que descargaron y abandonaron Ferrol hace ya semanas; y de un tercero, el Meynell, que alargará al menos hasta mañana la operación de desestiba de las 162.000 toneladas que trajo desde Indonesia.? Endesa ha visto desbordada su capacidad de almacenamiento en la terminal y ha tenido que desviar parte del combustible a una parcela anexa en el puerto ferrolano de Caneliñas destinada a contenedores, cuya concesión fue abandonada.
Situación delicada
La eléctrica no ha querido confirmar ni facilitar información sobre esta situación, que afecta a una central que produce el 6% de la electricidad del mercado nacional, pero la imagen de sus tres parques de almacenamiento en As Pontes muestran que las reservas están en niveles muy bajos, lo que coloca a la central en una situación delicada.
Ante la previsión de que el conflicto se prolongue, dos de los grupos han sido apagados. Según informaron fuentes del comité de empresa, la medida no afecta al personal que trabaja en la central, que debe estar disponible para cuando llegue el momento de incrementar la producción. Estas mismas fuentes atribuyen el hecho de que dos de los grupos no estén funcionando a la demanda energética del mercado, y no al bloqueo de los transportistas. «No tenemos problemas de abastecimiento», aseguró ayer el presidente del comité, Miguel Ángel López Fernández.
Los camioneros no están dispuestos a que transportistas foráneos torpedeen su boicot. Desde el lunes mantienen guardia día y noche en los accesos del puerto exterior para evitar la entrada de camiones como los que a principios de semana se presentaron en la dársena. Por el momento no se ha registrado incidente alguno derivado de una presencia que, según sus protagonistas, solo pretende «informar» a los transportistas de la situación por la que atraviesan. Y aumentar, de paso, la presión en la negociación.

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