La distancia se reducirá cuando la autovía esté completa entre la ciudad departamental y la capital chairega

La distancia entre Vilalba y Ferrol tomando como referencia la rotonda de Grandisca, salida de la A-8 y acceso a la LU-861, y la salida de de la AG-64 es actualmente de 58 kilómetros. La conclusión de la autovía, que por ahora acaba en As Pontes, rebajará la distancia en casi dos kilómetros.


La AG-64 tendrá una longitud total de 56,3 kilómetros y enlazará con la A-8 en la mencionada rotonda de Grandisca. La finalización de las obras rebajará más el tiempo necesario para transitar de Lugo a Ferrol sin pagar peaje, aunque faltan por concluir dos tramos. El tramo As Pontes-Cabreiros, de nueve kilómetros de longitud, se encontró con el problema del círculo lítico de A Mourela, que ralentizó los trabajos en el municipio pontés y que implicó un trabajo de catalogación de los elementos arqueológicos.
También sufrió problemas de lentitud, aunque por causas diferentes, el último tramo de la AG-64, de Cabreiros a la capital de Terra Chá. Las discrepancias entre el anterior gobierno autonómico y el central sobre la financiación de los trabajos implicaron que hasta octubre del año pasado no se realizase el acto protocolario de colocación de la primera piedra.
Las obras fueron adjudicadas a las empresas Corsan-Corviam y Sercoysa en 37 millones de euros con un plazo de ejecución de dos años. Pero ni siquiera el horizonte del 2009 como fecha de conclusión de los trabajos ha impedido nuevos contratiempos.
El trazado previsto para la parroquia de Santaballa mereció críticas del Concello, partidos, vecinos y asociaciones porque afectaría a pistas y crearía perjuicios a explotaciones ganaderas de la zona. El conflicto ya ha entrado en vías de solución con la perspectiva de mantener útil la red viaria de la parroquia.

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