La Xunta solo construirá nuevos polígonos si las empresas interesadas presentan un aval

Medio Ambiente condicionará sus parques a la demanda real, que conocerá a través de un registro de interesados
[Faro de Vigo] Harta de que millones de metros cuadrados de sus polígonos empresariales acumulen polvo, la Xunta ha decidido dar un giro a su política de suelo industrial. La mala planificación gestada durante años provocó que se acumulasen parcelas en lugares con una demanda artificial. El Ejecutivo quiere cambiar su modus operandi y a partir de ahora condicionará el desarrollo de nuevos promociones a la existencia de demanda real en cada zona. Para asegurarse de ello, exigirá a las empresas interesadas un aval económico que garantice que, una vez concluido el polígono, comprarán alguna parcela.


Para poner en marcha esta estrategia la Xunta encargó un estudio de demanda el año pasado que tendrá listo a finales de marzo y que servirá de punto de partida de su nueva estrategia.
A ello se unirá la creación de un registro de demandantes de suelo industrial, similar al de vivienda protegida. Los empresarios interesados en adquirir una nave formalizarán su inscripción en la Consellería de Medio Ambiente, pero antes de que éste inicie los trámites de construcción deberán refrendar su compromiso con un aval económico. “Será un pequeño porcentaje de la inversión prevista que está por determinar y al que deberá adjuntarse un plan empresarial”, explica el conselleiro de este departamento Agustín Hernández. “No se trata de añadir trámites que dificulten el procedimiento, sino de dotarnos de mecanismos para identificar verazmente la demanda”, añade. El registro estará operativo antes de que acabe el verano en paralelo a la puesta en práctica del plan sectorial que la Xunta encargó a mediados del año pasado.
Este trámite pretende evitar que se repitan casos como el del polígono de Mos, donde el Ejecutivo sufre problemas para vender todas sus parcelas, especialmente tras su ampliación. Quiere que mande la demanda. “No podemos guiarnos por criterios localistas a la hora de planificar la creación de suelo industrial”, justifica Hernández. Y desde su departamento ponen como ejemplo la avalancha de propuestas para instalar polígonos públicos casi en cada salida de la A-52 entre O Porriño y Benavente.
La Xunta combinará los requisitos económicos con facilidades a los empresarios como la ampliación a tres años del plazo para desarrollar el proyecto. El objetivo no es colocar trabas, sino evitar inversiones que no pueda rentabilizar. “Las Xestures –encargadas de la promoción de suelo industrial– deben tener un equilibrio y no pueden perder dinero”, justifica Hernández.
A pesar de esta situación, Medio Ambiente, a través del Instituto Galego de Vivenda e Solo, concluirá los parques que están en construcción y tramitará las planificaciones en marcha.
Por otra parte, el PSdeG denunció que el parque de Ribeira lleva paralizado dos años y se ha retomado ahora para impulsar la candidatura a la Alcaldía del popular Manuel Ruiz Rivas.

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