Sebastián confía en que Bruselas apruebe la ayuda al carbón pese a la presión para acabar con ella
El ministro de Industria y Energía, Miguel Sebastián, confía en que la Comisión Europea dé su visto bueno este miércoles al real decreto español que incentiva la quema de carbón nacional por parte de las eléctricas, aunque advierte que la norma es “excepcional” porque espera prorrogar las ayudas más allá de 2014, el límite que quiere imponer Bruselas.
“El comisario de Medio Ambiente (Janez Potocnik) y la comisaria de Cambio Climático (Connie Hedegaard) lógicamente pondrán algún impedimento, pero entendemos que la inmensa mayoría del colegio de comisarios lo aprobará”, aseguró Sebastián a su llegada a la reunión que mantendrá esta noche con los titulares comunitarios de Competencia, Joaquín Almunia, y de Energía, Günther Oettinger.
Según Sebastián, Bruselas sabe que se trata de un “decreto excepcional para una situación excepcional y está dentro de la legalidad europea”.
La legislación europea permite a los países que generen hasta un 15% de su energía eléctrica con una materia prima autóctona (el carbón nacional en el caso de España), un límite que respeta el real decreto, recordó Sebastián.
El ministro explicó que es un decreto que tiene un carácter temporal distinto del reglamento que propuso el Ejecutivo comunitario para eliminar las ayudas estatales al carbón a partir de 2014.
“Este decreto da respuesta a una situación coyuntural que ponía en riesgo nuestra fuente de suministro autóctona fósil, que es el carbón, dada la caída de la demanda tan brutal de electricidad que se había producido el año pasado y en lo que llevamos de éste”, aclaró.
En su opinión es “razonable” que el decreto esté vigente hasta 2014, pero “no es aceptable” que las ayudas al sector concluyan ese mismo año como sugiere la Comisión.
“Nosotros queremos mantener las ayudas públicas a un sector vital para nuestro suministro energético más allá de 2014, incluso más allá de 2018”, dijo Sebastián, quien aseguró que España cuenta con el apoyo de “muchos países” y recalcó que “la última palabra la tienen los países”.
El ministro indicó que abordaría todas estas ideas con los ministros Almunia y Oettinger antes de que la CE se pronuncie mañana acerca del real decreto, y dijo que a pesar de esperar que Bruselas dé luz verde a la medida “hay que ser prudentes” y “mantener el respeto institucional y la prudencia”.