DON ENRIQUE RIVERA ROUCO E A PARROQUIA DE ROUPAR

Os derradeiros anos da vida de don Enrique, transcurriron na Residencia de “A Magdalena” en As Pontes. Alí celebraba a Eucaristía dominicalmente acompañado sempre por algún membro do Equipo Pastoral de As Pontes.
O seu último destino pastoral foran as parroquias de Roupar e Aparral. Dende a súa aficción pola historia, non podía deixar sen documentar as mesmas.


Pese a que nesta sección presento a historia de As Pontes, non podía quedar sen recoller, parte do traballo histórico que don Enrique realizou sobre a veciña parroquia de Roupar.
O primeiro que quero salientar é a preocupación que vivíu don Enrique por unha reconstrucción digna do campanario da Igrexa de Roupar. En moitas ocasións se dirixiu á administración para conquerir resultados positivos que o respaldasen a fin de levar a cabo unha axeitada reconstrucción do mesmo. Como naqueles anos estaba a traballar en varias obras de As Pontes, o afamado escultor ferrolán D. Guillermo Feal (a fonte da praza do hospital, o Cristo da praza da Igrexa, a fonte do cemiterio vello…) don Enrique mantivo contactos con este escultor para tasar o proxecto de reconstrucción do campanario e incluso para levalo a cabo.
No 1967, un raio caera sobre o campanario de Roupar deixándoo totalmente inservible. Os nenos atopábanse nese intre na vella Escola, e asustados, viron chegar ata eles anacos de pedras procedentes do mesmo. Roupar precisaba un campanario, e o doado era levantalo novamente con materiais de hoxe. Ese foi o desastroso resultado, que convirtíu unha fermosa torre de campanario exenta (das poucas torres exentas que hai na diócese) no esperpento que agora se ergue sobre a base da vella torre.
FOTOGRAFÍAS DO VELLO CAMPANARIO DE ROUPAR E DO ACTUAL

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O dous de Outono de 1996, don Enrique, coma párroco e vicepresidente da Asociación de Veciños de Roupar, escribía unha solicitude á fundación “Terra Cha”, presentando a seguinte memoria do Campanario de Roupar (Xermade), coma necesitado de restauración:
“Este campanario se halla colindante con la Ruta Jacobea del Norte, ruta turística de Vivero a Lugo y La Coruña, en un entorno muy antiguo y artístico de viviendas tradicionales del agro gallego, a unos metros del Cementerio viejo con panteones de granito de gran antigüedad, predominando los de estilo gótico, y el Templo Parroquial, encuadrado dentro de la modalidad medieval con la torre separada, arco de medio punto y cúpula en el presbiterio. Retablo mayor Barroco y dos laterales, empotrados en hornacina, con estilo Churrigueresco.
Conserva la primitiva pila bautismal lograda en granito, pulida con maza en vez de pico, lo que delata que procede del siglo X o de siglos todavía anteriores.
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El referido campanario, antes de haber sido dañado por una descarga eléctrica de tormenta, en el año 1967, era una obra egregia, sobresaliente en su formato y fabricación siguiendo los cánones escultóricos del estilo de transición barroco –neoclásico, con planta cuadrada poligonal, unos 18 metros de altura, dos cuerpos cada uno con cuatro huecos terminados en arco de medio punto, siendo de mayor tamaño los del primero para poseer las campanas, cúpula redondeada tendente a cónica, con una terminación alargada, a modo de estilete dotado de veleta giratoria y cruz de hierro.
Sobre las esquinas extremas del segundo cuerpo, al lado de la cúpula, presentaba cuatro remates terminados en cabeza esférica.
Toda la obra exhibía en granito repisas, profusión de molduras, relieves, un artístico balaustre (también de granito) como antepecho bajo las capanas.
En suma, hermoseado por piezas, todas de granito, talladas, perfectamente pulidas y elaboradas, teminando en molduras.
Como puede apreciarse en las fotografías se conserva la parte que, desde el suelo sube al primer cuerpo, con su cornisa o mesado de las campanas, escalera de caracol en su interior y el primitivo reloj de sol en granito.
Tras el siniestro no se conservan las piezas, sino que, por falta de medios económicos la parte derribada fue sustituída por una imitación pobrísimamente lograda, a base de hormigón.
Consultados algunos técnicos artesanos en labores de piedra, como
D. Guillermo Feal (de El Ferrol) solo las nuevas piezas preparadas para restaurarlo volviéndolo al estado de origen cuestan unos 10.000.000 de pesetas.
De todo lo cual y en espera de una subvención por parte del benemerito “Programa LEADER II”, dan fe, en nombre propio y en el de los Feligreses de esta Parroquia, los Srs. Directivos de la Asociación de Vecinos de la misma: (nombres)”.
CAMPANÍN DE ROUPAR CON SÍMBOLO LAS CHAVES DE PEDRO
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É interesante esta carta, pero nela don Enrique non recollía o autor nin a época do Campanario, datos que xa foran publicados no 1987 no Anuario de estudios histórico-teolóxicos da Diócese de Mondoñedo Ferrol “Estudios Mindonienses”, volumen terceiro, no artigo de M. J. Díaz Losada e E. Pérez Baamonde, “Consideraciones a propósito de la documentación histórico-artística del arcedianato de Montenegro, Aportación onomástica (1650-1980)” (485-518 pp).
Segundo o anterior estudio a torre-campanario de Roupar foi realizado por Julián Fontela entre 1795 e 1796, mesmo autor dun dos cruceiros que se atopan fora no ano 1827. E en 1677 Andrés Cabaleiro e Luis Ledo realizaron as obras do adro. Entre 1727 e 1728 tería sido a ampliación da capela maior e da sacristía a cargo de Antonio López e Antonio do Souto. Entre 1768 e 1769 teríanse feito diferentes arranxos na Igrexa e no camposanto por Antonio Paz. En 1759 Agustín das Pontes continuou facendo obras no adro da Igrexa, completando os traballos realizados no século anterior por Andres Cabaleiro e Luis Ledo.
O Campanario de Roupar era moi parecido ó da parroquia de San Pedro de Muras, do que a continuación vos presento unha foto e que foi recentemente restaurado pola diócese.

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A través de ese interesantísimo “inventario” presentado polos autores en Estudios Mindonienses, atopámonos non só con datos de fábrica salientables da arquitectura do templo de Roupar, senón tamén cos datos da confección das imaxes, e entre elas o patrono venerado na parroquia: San Pedro. Sería unha talla realizada conxuntamente cunha Virxe das Dores por Marcos Antonio del Río no ano 1689.
Xunto con esa carta á “Fundación Terra Cha”, don Enrique enviou varias Reseñas históricas da parroquia, partindo de publicacións anteriores das que era coñecedor, ou que el mesmo tiña realizadas. Nelas dicía:
“Es costumbre que en los pregones de las fiestas sea expuesto algún aspecto histórico o algún hecho de interés del Pueblo. En este sentido intento narrar esquemáticamente algunas referencias históricas relativas a esta Parroquia, inéditas hasta fecha reciente en que el insigne investigador D. Ermelindo Portela Silva publicó en la obra “Ediciones Universidad de Santiago”, según las cuales con fecha 30 de Enero de 1950, mediante documento firmado en Betanzos, el Rey Fernando III confirmó al Convento de Meira (Lugo) el “Coto” de Roupar, antes ya donado por su Padre Alfonso IX de León. (“Coto” tenía el significado de “población en terreno de señorío”).
Posteriormente los Conventos de Meira y Monfero (cuyas propiedades llegaban a Xermade) disputaban entre sí la posesión de esta parroquia y limítrofes.
En el siglo XVIII la Organización Administrativa del Rey Carlos III dirimió este litigio creando el hasta entonces inexistente Municipio de Xermade, cuyo término pasó en consecuencia a ser regido por el Gobierno Nacional que, desde esa determinación, dispuso del señorío de esta Comarca.
Partiendo de estos datos y, habida cuenta de que en el siglo XVIII fue dueño de Roupar el Conde Amarante, del que existen referencias en la Parroquia, así como su pazo y la Capilla de San Roque por él fundada en el barrio de La Torre; y teniendo también en cuenta que la redención de los “foros” o cánones forales de Roupar fue verificada en 1927 por el Conde de Pallares, hecha la investigación sobre los linajes en la Historia de Galicia, se deduce claramente que el Sr. Amarante recibió en el siglo XVIII de parte del Reino el dominio de Roupar, que luego pasaría al Conde de Pallares por emparentamiento y sucesión de estas familias nobiliarias.
El título de Conde de Amarante fuera concedido por real despacho del Rey Felipe IV el 31 de Agosto de 1648 a Juan de Lemos y Sarmiento, hijo de Alonso de Lemos y de Juana de Acuña, señores de Amarante, cuya jurisdicción comprendía fundamentalmente varias parroquias del Ayuntamiento de Antas de Ulla (Lugo) y sus sucesores se extendieron a más territorios lucenses, como Villasante, Ferreira, A Mota, Trabada y otros, entre ellos el “coto” de Roupar en el siglo XVIII.
Compone el escudo de armas de Amarante un blasón con corona condal, fondo de plata y trece redondeles de color azul.
El pazo de su propiedad en el barrio de la Torre de Roupar poseía en la fachada un ejemplar en granito de este escudo, que lamentablemente fue destruído en una reforma del edificio.
Un sobrino político de su hermana y heredera, Constanza de Lemos, llamado Sancho Arias y conocido por “el Conde Sánchez” erigió en Roupar la Ermita de la Virgen del Carmen y San Cayetano en el lugar de Campo Novo. De la provisión de tal capellanía hay expedientes en el Archivo diocesano de Mondoñedo.
La familia Amarante venía emparentada con las casas de Taboada y de Vázquez de Parga, sucesores del Conde de Pallares, en el siglo XIX, cuando fue desapareciendo el nombre de “Pallares” por falta de sucesión en línea recta.
El Rey Fernando VII, en real despacho del 26 de Julio de 1816, confirmó el título de Conde a Manuel José Pallares y Correa, Señor de Outeiro de Rey y Regidor perpetuo de Lugo. Al no tener descendencia directa ha ido transcurriendo el título entre tíos y sobrinos, entre los que destacó D. Manuel Vázquez de Parga, nacido en Penas Corveiras (Villalba), poeta, escritor y periodista, fundador de los periódicos “Correo de Lugo” y “Eco de Galicia”.
En 1823 la mansión principal de los Amarante fue derruída durante la revolución del Comandante Riego contra Fernando VII, al asaltar los constitucionales de Riego la morada solariega de Amarante que se había pronunciado en favor del Rey.
A partir de aquellas fechas las propiedades de esta casa señorial pasaron a los descendientes de Pallares y al marquesado de Medinaceli.
Nuestros antepasados de Roupar pagaron a los Señores de Pallares el “canon foral” que anualmente iban a entregar, en víspera de Navidad, al residente en el pazo de Parga, y que consistía en reales de vellón y pares de capones ya dispuestos para ser guisados.
En el año 1927 el Primer Ministro de Alfonso XIII, General Primo de Rivera, ordenó que estas pensiones forales fueran redimidas mediante un bajo valor de tasa, con lo que se extinguía el secular dominio feudal.
Las personas mayores de la Parroquia recuerdan como sus padres, en esa fecha, se desplazaron a Parga a redimir sus lugares, abonando el rescate establecido, al IV Conde de Pallares y ordenador de pagos del Ministerio de Hacienda D. Ramón Vázquez de Parga y de la Riva; siendo aquella fecha memorable y gozosa al verse libres de la dependencia señorial y propietarios de los bienes de que hasta entonces habían sido colonos, obteniendo el perfecto dominio de sus casas y fincas rústicas que en la actualidad disfrutan. Esta extinción del feudalismo opresor sucedió afortunadamente en esa fecha al nivel de toda Galicia.
Enrique Rivera Rouco. Agosto de 1990”.
Anteriormente, en agosto de 1988, don Enrique fixera unha descripción da parroquia de Roupar, con motivo das festas patronais:
“Esta celebración tenía lugar tradicionalmente en el mes de Agosto, ya que (según el Santoral “Año Cristiano” de Pérez de Urbel) el Patrono titular, San Pedro Obispo de Osma (Soria), ha nacido un dos de Agosto, día en que antiguamente se conmemoraba con entusiasmo a San Félix –o San Fiz-, célebre mártir de Gerona, por lo que le fue impuesto el doble nombre “Pedro-Felix”.
Esta Parroquia de Roupar, que consta de 42 barrios y sobre el millar de habitantes con centro principal en A Casanova, hállase asentada en una altiplanicie, protegida por montañas por el costado Noroeste, de paisaje pintoresco al ser abundante la vegetación, entre la que todavía predomina el roble, alternando las superficies por él ocupadas con las praderas y fincas de cultivo.
Las fecundan numerosas fuentes y arroyos, afluentes de los dos ríos principales que drenan la Parroquia: el “Chamoselo”, orihundo de la misma en el barrio de Rego Traveso, y el “Trimaz”, que la deslinda con Cabreiros; de ahí el nombre de Roupar = “Reiros-Par” (Ríos en Par).
El suelo es altamente fértil: valle de sedimentación recubierto por terrenos cuaternarios, formados por mantos detríticos con mezcla de material heterogéneo que concluye en tierra apta para todos los cultivos.
Todo ello, habida cuenta de que gran número de vecinos simultanean el trabajo en las industrias de As Pontes con el agropecuario, es obvio considerar a Roupar como Parroquia próspera y floreciente.
En los siglos XVII y XVIII, con la prodigación de los señores feudales, les correspondió a los roupareses ser súbditos de dos Condes: el Conde Sánchez, dueño de la zona Este de la Parroquia y el Conde de Amarante, señor del resto de la misma.
El primero fundó la Ermita y Capellanía de la Virgen del Carmen y San Cayetano en el lugar de Campo Novo y el segundo erigió el Santuario de San Roque en el barrio de La Torre, donde, aunque remozado, se conserva el pazo señorial con lises –o signos heráldicos- en los zócalos, y asimismo existen todavía en el barrio de Porto da Vila los restos del pozo y de la prisión del Corregidor del Conde.
Según la tradición oral de los mayores, el Señor Sánchez no residió en Roupar de forma permanente. Quedan en el barrio de O Campo las ruinas de la casa de que disponía para su estancia, con troneras de defensa frente a la puerta y también un monograma religioso en la pared (dentro de un círculo en una cruz), lo cual sugiere que al mismo tiempo habrá sido morada del Capellán.
El Archivo Diocesano de Mondoñedo, en la sección de “Provisorato”, posee abundantes expedientes “de presentación” relativos a estas dos fundaciones, que eran “de colación laical”; es decir, el Feudal reservaba el derecho a designar al Patrón o Dueño sucesor y al Capellán con dependencia meramente simbólica del Obispo y al margen del Párroco.
Los moradores de la Parroquia, a principios del siglo XIX, por el “aforamiento” de los lugares, pasaron de colonos a dueños, aunque gravados con el “canon foral” hasta la posterior redención del mismo, en que asumieron el perfecto dominio de propiedad hasta nuestros días. Y la jurisdicción normal eclesiástica se hizo cargo de dichas Capellanías.
La Iglesia Parroquial, con retablo mayor barroco y de estilo churrigueresco, los dos laterales, es obra muy antigua, cual indica su modalidad medieval de estar separada del campanario, que también reviste forma barroca, y del que solo se conservan en su origen el basamento, el rejoj de sol y la primera cornisa o mesado de las campanas, habiendo sufrido en 1967 el impacto de una descarga eléctrica.
Entre los hijos de Roupar es justo destacar a los emigrados en Cuba. En el año 1912 constituyeron sociedad propia dentro del Centro Gallego de La Habana, desde donde prestaron generosa ayuda a la “Patria Chica”. Entre otros beneficios han construído el edificio social de la Escuela; uno de los mejores de Galicia.
También en el ámbito eclesial legó está Parroquia personas relevantes, entre otros, como D. Jesús Blanco Agras, Canóniga Deán (Presidente del Cabildo) de la Catedral de Mondoñedo; D. Jesús Fernandez Blanco, Canónigo Magistral de la misma; Sor María Amparo Vérez Mouriño, natural de A Pedreiro (Roupar) y residente en Bogotá, Superiora General en Colombia de la Orden “Hermanitas de los pobres”, cuya labor abnegada y benéfica en aquel país le hizo acreedora del Diploma de Honor, o Bula Privilegiada, que le concedió el Papa Pablo VI, etc…
En el presente año esta Feligresía ha decidido afrontar el costeo de las dos fiestas: la Patronal y la que tradicionalmente y con éxito venía celebrándose en la Ermita del Campo, que de esta vez se verificará en los días 17 y 18 de Septiembre.
En ambas, conforme a la vigente costumbre, habrá función religiosa y sesión vermut a medio día, comida familiar, partido de futbol por la tarde y verbenas durante la noche.
Que estas líneas sirvan de pregón a estas fiestas y de convocatoria para asistir a las mismas.
Roupar, Agosto de 1988. Enrique Rivera Rouco”.
En novembro de 1991 escribiu o que segue para explicar a Igrexa parroquial de San Pedro Félix de Roupar:
“La Iglesia Parroquial
Posee una gran antigüedad como demuestra su estructura: campanario separado al estilo medieval; doble fachada con alboyo intermedio; única nave, de 20 mts de longitud, con cúpula sencilla en el presbiterio, al que se accede bajo un arco de medio punto; cielorraso artesonado de madera en forma trapezoidal; retablo mayor de estilo barroco sobredorado en oro, y dos retablos laterales con arte churrigueresco, situados en sendas hornacinas coronadas con arcos también de medio punto; dos departamentos paralelos al presbiterio, dedicados uno a sacristía y el otro a trastero. Presenta una decena de imágenes talladas en madera muy antiguas, entre las que, por su vestudez, destaca la del patrono San Pedro Félix.
Su estado de conservación es un tanto defectuoso, por haber sufrido hace 22 años el impacto de una descarga eléctrica de una tormenta, que, entre los desperfectos, derribó la cúpula del campanario. Restaurada en 1993 con techumbre nueva de madera noble de castaño, piso de piedra serrada, lucidos, etc, con lo que recobró su antiguo esplendor”.
AS CAPELAS DE ROUPAR
O do Campanario foi sempre unha constante nas súas descripcións, coma non podía ser doutro xeito. Non so relatou, don Enrique, algo sobre a Igrexa, senon que tamén se achegou ás capelas do entorno de Roupar. Unha das capelas máis fermosas polo seu enclave xeográfico e que quero recoller dun xeito especial neste artigo de hoxe é a de San Miguel de Buscalte. E quero facela presente dadas as condicións verdadeiramente penosas nas que queda despois de terse realizado as novas obras do trazado Roupar-Viveiro. A falla de consideración por parte da empresa constructora para con esta capela, demostra o perigoso abandono no que se atopa moito do noso patrimonio, especialmente cando o silencio o cubre.
FOTOS DE SAN MIGUEL DE BUSCALTE NA ACTUALIDADE
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FOTO DO SANTO DA CAPELA DE SAN MIGUEL (S. XVIII).
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Don Enrique buscou datos sobre esta capela en diferentes arquivos coa axuda do Cronista Oficial de Viveiro, don Enrique Chao Espina, que pasaba algunhas temporadas por Roupar. Non foron capaces de atopar a súa fundación e atribuiron á familia Vérez López as súas orixes. Buscando polo Arquivo Catedralicio de Mondoñedo, e coa inestimable axuda do Arquiveiro e Dean da Catedral D. Enrique Cal Pardo, recollín os seguintes datos na visita pastoral que o Bispo D. Carlos Riomol y Quiroga realizou o 9 de Setembro de 1754 á parroquia de Roupar sendo párroco de Roupar Dn Pedro Bueno y Quindós. Esa visita episcopal recolle a existencia de catro capelas en Roupar: San Estevo, que se ordea lastrar, faiar e poñelo teito; San Roque, que recibe orden de intervención facéndolle o mesmo que a de San Estevo, e da que di “es de Parga”; a de San Caetano, que recibe a mesma orde de intervención; e finalmente a capela de San Miguel de Buscalte, que recibe a orde de intervención das anteriores e unha multa, e que se atribue a “Utan(c) Leal vez(no) de esta”.
Cóntanse tamén cales son as capelanías: “Nª Sª del Carmen en Hemita de S. Cayetano, San Juan Evangelista en la Hermita del Carballo”. O Capelán desta última de San Xoán, capela que xa se atopaba nos términos de O Aparral, era D. Antonio Cabarcos.
Había tres cofrarías na parroquia: Santísimo, Nosa Señora, Ánimas, e ademais o libro e comisión de Fábrica.
Despois de esa visita o Bispo mandou poñer “cortina enla Custodia – Fayar el cuerpo de la Yglª – Se pinten las Ymaxenes, Cornisa, y mas que se añadio al Altar mayor, ylos frontales delos colater(es) Rexas alos confess(os) – Blanco por adentro a toda la Iglesia – Un año 39 mrs”.
Sobre a Capela de San Miguel de Buscalte, moito anterior polo tanto a 1754 (xa que nese ano estaba xa ruinosa) e de patronado do veciño de Roupar Utan(c) Leal, hoxe “soterrada” xunto ós espeluznantes muros dunha estrada, don Enrique dixo o que segue:
“Capilla de San Miguel de Buscalte
Hállase esta ermita en la parte este de la Parroquia de Roupar, en dicho Barrio, situado en las estribaciones de la sierra “Pena da Cruz”.
A juzgar por su estructura y objetos posee al menos tres siglos de existencia: Retablo churrigueresco, bien obtenido, con dorado de oro en regular estado de conservación; pavimento de losas de pizarra; techumbre rústica construía también con piezas de pizarra muy gruesas y antiguas; cielorraso artesonado de madera de roble.
Contiene tres imágenes antiguas: una la del patrono y otra de advocación desconocida conseguidas en talla de madera y una Virgen del Carmen con vestido de tela.
No tiene espadaña sino una simple cruz sobre el ángulo de la fachada.
Se encuentra cercada, respectivamente por el norte y el sur, de un pinar ñy un robledal, que fueron escenario de las meriendas y fiestas de los romeros que antaño allí acudían el día del Patrono del 29 de Septiembre). Actualmente solo tiene lugar la Misa de romería en esa fecha, y alguna otra que los devotos piden.
Este santuario no procede de institución señorial sino que fue construído por devoción popular, cual se deduce de no haber sido dotado de capellanía fundacional, ni dueños o “patronos” propios, así como tampoco existen en el Archivo Diocesano expedientes de su provisión.
Según la tradición oral de los mayores de esta parroquia, hace varios siglos la casa de Vérez del Barrio de la Armada construyó esta Capilla, y a lo largo de los años fueron sucesores de esta casa las familias: Vérez López, Pardo Vérez, Pardo Amarelo y otros.
El edificio, aunque inicialmente fue propiedad privada, al difundirse la sucesión, ese dominio se quedó en simbólico y actualmente está bajo la jurisdicción eclesiástica de la diócesis.
Enrique Rivera Rouco, 10 de Enero de 1996”.
É evidente a razón pola que poño neste artigo en primeiro lugar á Capela do San Miguel de Buscalte. Lembro como cheguei a ela fai catro anos para celebrar a Misa do patrón. Era un día fermoso e soleado, a carballeira na que humildemente se atopaba construída facía daquel sitio un dos máis fermosos lugares nos que teña estado. Aquel día estaban de 55 anos de casados un matrimonio de Buscalte que precisamente contraeran matrimonio nesa capela. Gustoume compartir ese día cos seus vecinos e celebrar xunto á imaxe de San Miguel. Lembro que ese mesmo día unha veciña me dixo que moito lle levaba rezado toda a vida ó santiño que había baixo o anxo porque lle daba pena (O demo maltratado por San Miguel, jeje). Fai uns meses, despois de subi-la Gañidoira, pasei por alí, costoume moito traballo ubicar a capela, e esta semana, ó ir a face-las fotos os mesmos veciños me recoñeceron que mesmo a eles lles costa ubicala. É triste, moi triste o final dun humilde lugar levantado fai máis de catrocentos anos e que xuntou ás xentes de Buscalte. Ó ver o que aconteceu coa capela e con este fermoso lugar, non podo facer outra cousa que amosalo con indignación e con moita pena. Dame ata ganas de alongar a miña firma nos artigos de Amigus.
Mentres preparaba este artigo chegaron ó meu correo os seguintes datos e fotografías sobre a capela de Buscalte que me foron facilitados por Jesús Calvo Pita, e quero agradecerllos dun xeito especial. Amósannos a capela no seu estado orixinal nas últimas celebracións alí acontecidas e un artigo orixinal publicado no seu día por don Enrique. Graciñas, Suso.
ARTIGO DE DON ENRIQUE NA VOZ DE GALICIA E FOTOS ENVIADOS POR JESÚS CALVO PITA
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Pero don Enrique escribiu tamén cousas por aquí e por alí sobre as outras capelas, tal e como teño nunha copia das súas propias notas, nelas describía a Capela de San Roque, a de San Estevo e a do Campo:
“San Roque de la Torre
Roupar era uno de los feudos otorgados al Convento de Meira en el siglo XIII por el Rey Alfonso IX de León. Colindaban sus posesiones con las del Convento de Monfero en las tierras limítrofes por el lado Oeste. En los siglos posteriores ambos conventos entraron en controversia acerca del dominio de la zona. El rey Carlos III dirimió el litigio creando el Concello de Xermade en 1760, por lo que los terrenos en cuestión cayeron bajo el fuero y competencia de la Corona; si bien supeditados a la nobleza a que entonces estaban conferidos: al Condado de Amarante las comarcas de Roupar y Lousada.
Tal señorío había sido fundado en Antas de Ulla (Lugo) por el Rey Felipe IV en 1648 y, sucedido en descendencia, por la Casa de Ozores, aunque conservando el nombre de “Señores de Amarante”. Llegó a poseer numerosos beneficios eclesiásticos y propiedades, entre ellas los “Cotos” de Roupar y Lousada.
Su Titular de principios del siglo XVIII erigió en el valle de La Torre una mansión de estancia, todavía existente que, por más que sufrió reformas, conserva el aspecto señorial; y erigió también la Ermita de San Roque, donde se celebra la tradicional romería del 16 de agosto, la cual ostenta su estructura primitiva.
Manifiesta un estilo de transición entre el barroco y el neoclásico, poseyendo el retablo un frontispicio con hojas serpenteantes de imitación barroca, columnas con relieves que presentan flores y encabezadas por volutas y hojas de acanto; todo ello originariamente dorado en oro.
Posee las imágenes antiguas de San roque, San Francisco y de la Inmaculada; un cielorraso artesonado de madera de roble; suelo con lajas de pizarra, carcomidas por el uso multisecular; viacrucis simple a base de barrotes de roble.
No tiene espadaña, y la puerta de entrada está dirigida a un ventanal de la cercana “Mansión”, desde donde el Señor Amarante atendía a la Misa sin salir del edificio.
Tuvo capellanes propios, de cuyo nombramiento o provisión hay varios expedientes en el Archivo Diocesano de Mondoñedo.
En el transcurso de los años los restos de esta nobleza terminaron perteneciendo al marquesado de Medinaceli y al conde de Pallares, de Parga, quien redimió en 1927 los “Foros” o lugares de los colonos, que en esa fecha pasaron a ser definitivamente dueños de la propiedad. Enrique Rivera Rouco. Agosto de 1996”.
“Ermita de San Esteban
El partido de Roupar de Abajo, conocido también por “A Tallería”, hállase situado dentro de un paisaje pintoresco, en el lado noroeste de la parroquia, respaldado por las sierras “Pena Moura” y “Monte Caleiro”, que delimitan a Roupar de las Feligresías de El Burgo y As Pontes. Tiene su propio patrono, San Esteban, que, aunque en el santoral su día es el 26 de diciembre, viene celebrándose el domingo de Pentecostés ya tradicionalmente.
…Fue erigido por devoción particular sin ser dotado de “Capellanía fundacional” como los de origen aristocrático.
Su antigüedad se remonta por lo menos a tres siglos atrás. Es significativo que el barrio circundante lleve el nombre de “A ermida”, lo que lo sitúa.
Al parecer, fue construida por la llamada “Casa de Vieito” sita en las cercanías, de la cual proceden los ascendientes predecesores de las familias Vieito Souto y Mouriño Vieito.
Por el año 1945 sufrió un incendio causado por una vela que inadvertidamente quedara encendida. Pereció el retablo quedando solo las paredes y afortunadamente se salvaron las antiguas imágenes de S. Esteban, S. Mateo y las Vírgenes de la Dolorosa y de la Concepción.
El edificio, al ser reconstruido, perdió parte de su tipismo primitivo. Enrique Rivera Rouco.
“Ermita del Campo
Este santuario, dedicado a la Virgen del Carmen y San Cayetano, fue erigido a principios del siglo XVIII por el Conde Sánchez, hio del Conde Sancho Arias y de su esposa dª Juana de Ozores, quien a su vez era sobrina del Conde de Amarante (Juan de Lemos y Sarmiento) al cual concedió el Rey Felipe IV el señorío de los “Cotos de Roupar y Lousada” en 1648 y fijó su mansión en el barrio de La Torre (Roupar) donde fundó la Capilla de San Roque, que se conserva en su estilo original.
En la sucesión del Amarante este conde (Sánchez) percibió la zona Sur del Feudo: la zona del Campo y Lousada, que le otorgó el rey Felipe V en 1720.
Construyó el Santuario del Campo en el lugar actual; si bien fue reconstruido en 1960 perdiendo su mérito primitivo: estaba pisado de pizarra, era más grande la base y poseía un retablo neoclásico que lamentablemente fue destruido al renovar el edificio y además poseía en la parte superior, en bajorrelieve, la efigie facial del conde.
Contiene una imagen antigua, de vestir, de la virgen del Carmen; una en cartón piedra de san Cayetano; una talla de madera del Sagrado corazón y una imagen pequeña también antigua de madera, para imponer a los devotos.
En el Archivo Diocesano de Mondoñedo, sección de Expedientes de Provisión de Capellanías, se conservan varios expedientes relativos a esta fundación del Santuario del Campo, comprendidos entre los años 1739 y 1797, en los que eran nombrados los capellanes que lo rigieron y a propuesta del conde, el cual ostentaba el derecho de “presentación”.
Todavía quedan los restos de la casa usada por el Conde Sánchez los días que pasaba en el Campo de Roupar, situada en el barrio del mismo nombre, y en la cual se aprecian, enfilando la puerta de entrada troneras defensivas a través de la pared.
En el año 1902 fue construído, frente a la puerta de la ermita un importante crucero de granito que le donó José Castelo y Esposa, según reza una inscripción de la base. Otra inscripción anuncia las indulgencias que el entonces Obispo de Mondoñedo concede a quienes recen una oración ante él. Es obra de los artesanos de la Comarca da Terra Chá (lugo), estéticamente bien logrado, con capitel de orden corintio, imágenes miniatura sobre el capitel e imágenes del crucificado y la Dolorosa en la cruz teminal; relieves con los instrumentos de la crucifixión en el mástil y basamento cuadriculado con escaleras.
La fiesta vino celebrándose desde tiempo inmemorial, en la parte posterior de la Capilla, antíguamente costeadas con la limosna de los devotos y amenizada por gaiteros y músicos de la zona.
El plan de aquellas primitivas fiestas que se prolongaría hasta entrado nuestro siglo, desde siempre celebradas con alegría y entusiasmo, consistía en la misa y procesión, subasta de ofrendas, unas piezas musicales, meriendas en el entorno de la Ermita, donde seguía un baile que terminaba al anochecer. A veces continuaba el baile por las primeras horas de la noche con luz de quinqués a lámpara de gasolina (lámpara petroma) en un local de una casa cercana.
A lo largo de nuestro siglo la fiesta fue haciéndose más grande y destacada; fueron apareciendo las bandas de música como las de Xestoso, Puentes o Ribadeume, que amenizaban el baile campestre desde la media tarde con una pausa para cenar y después verbena hasta la media noche aproximadamente.
Pasada la guerra civil esta fiesta fue potenciándose más. Las orquestas se encargan de deleitar el baile de la tarde y la verbena que ya se prolonga horas más.
Continuó siendo una de las fiestas más concurridas de la Comarca hasta nuestros días en que, pese a que la actual juventud, no siente entusiasmo por este estilo de diversión, modalidad moderna estendida por todo el País, sigue conservándo gran brillantez y asistencia tanto a los actos religiosos como a sus expléndidas verbenas desde las once de la noche hasta las cuatro de la madrugada aproximadamente.
Tienen hoy por escenario unas amplias fincas curiosamente preparadas que adquirió el barrio para estos fines. Enrique Rivera Rouco”.
Non só quixo recoller os monumentos de carácter relixioso senón que ademais fixo unha pequena reseña histórica de certos monumentos de carácter civil da parroquia de Roupar, dos que di:
“EL CASTRO DE CASTRILLÓN.
La Parroquia de Roupar está enclavada en el Municipio de Xermade, Provincia de Lugo, en la convergencia de las carreteras comarcales 641 (Rábade – El Ferrol) y 642 (Vivero – Betanzos). Formada por una altiplanicie, escudada en su costado Norte por una sierra montañosa donde sobresale la cumbre de “Castrillón” (con unos 700 mts. sobre el nivel del mar). Recibió este nombre del “Castro” ubicado, a manera de corona, en el mencionado pico. Se trata de una construcción celta, aproximadamente del siglo cuatro antes de Cristo y en deficiente estado de conservación. Rememora la fortaleza que nuestros antepasados, los Celtas, allí erigieron para protegerse cuando eran acechados por el enemigo. Consta del característico muro circular con amplio espacio interior (al menos una hectárea) y en situación estratégica, con extensa visibilidad”.
ESCOLA DE ROUPAR
Escola en construcción no 1921
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Grupo de nenas da Escola de Roupar 1955
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Escola de Roupar na actualidade
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“EL EDIFICIO-MANSIÓN DEL CONDE DE AMARANTE Y LOS RESTOS DE LA MORADA DEL CONDE SÁNCHEZ.
En el barrio de La Torre de Roupar se conserva, aunque un tanto remozada, la casa señorial del Conde Amarante, dueño feudal de Roupar en el siglo XVIII. Edificación destacada con granito en el anclaje de las esquinas, dinteles y zócalo inferior que exhibe bajorrelieves con flores de lis.
Hasta la fecha reciente poseyó sobre la puerta de entrada el escudo de este linaje, en granito con corona y trece roeles, y que lamentablemente fue destruído con el fin de abrir allí un ventanal dilatado.
Asimismo, en el barrio de El Campo quedan las ruinas de la estancia del Conde Sánchez, con troneras de defensa frente a la puerta y un monograma religioso en la pared (dentro de un círculo una cruz).
El nombre de este Conde, conocido por “Sánchez”, era Sancho Arias, sobrino político de la hermana y heredera del Amarante, Dª Constanza de Lemos, y tuvo mandato en esta zona en condominio con Amarante, también en el siglo XVIII.
Dichos nobles eran orihundos de Antas de Ulla (Lugo) y obtuvieron en feudo el “Coto de Roupar”, otorgado por la Organización Administrativa de Carlos III, en el mencionado siglo, cuando el Monarca creó el Municipio de Xermade y asumió su jurisdicción para liberar tal territorio de la disputa de propiedad que entre sí libraban los Conventos de Meira y de Monfero, ya que según constata el Investigador D. Ermelino Portela Silva en su obra “Ediciones Universidad de Santiago” en el siglo XII el Rey Alfonso XI de León donó al Convento de Meira los “Cotos” de Roupar y limítrofes que luego reivindicaba el de Monfero.
Finalmente dichas propiedades de Roupar fueron redimidas en beneficio de los colonos, en 1927, por el Conde Pallares de Outeiro de Rey (entonces residente en Parga) y sucesor de los dueños anteriores en virtud de emparentamiento”.
“EDIFICIO DE LA CÁRCEL Y POZO DE AGUA POTABLE PARA LA MISMA, EN EL BARRIO DE PORTO DA VILA.
En dicho barrio existen aún la prisión usada por el Corregidor del Conde; un edificio muy antiguo, de planta baja, con verjas de hierro en la ventana. De frente, el pozo, protegido con una primitiva chavola de piedra, rudimentaria y actualmente en ruinas”.
Nos números 8 e 9 do Periódico “A nova Unión”, ano 1995, don Enrique adicou dous artigos ó Patrimonio histórico da nosa comarca, referíndose ós hórreos e ós cruceiros. Neses números tratou básicamente sobre as Pontes e non aparecían as seguintes notas que tamén recolleu en novembro de 1991, sobre os hórreos e cruceiros de Roupar:
“HORREOS
Gran número de las viviendas rurales de esta Parroquia poseen un horreo (hay al menos 50 en perfecto estado).
Con más de un siglo de antigüedad, representan un modelo peculiar entre los diferentes tipos de hórreo gallego. Comprenden una superficie aproximada de 1×5 metros de base, circunscrita por viguetas robustas sobre las que van asentadas las hileras de barrotes verticales que les proporcionan la figura externa y que suelen ser prismas de 5 x 5 centímetros de base por 2 metros de altura, logrados en madera de roble.
El conjunto va sostenido en las cabezas de dos pilares de mampostería y terminado con una techumbre de pizarra que descansa sobre las viguetas de arquitrave, las cuales forman la cornisa sencilla del contorno.
En los ejemplares de esta Parroquia aparece como elemento propio un saliente del tejado sobre la puerta para proteger de la lluvia a quienes entren”.
“LOS CRUCEIROS
FOTO DO CRUCEIRO DE JULIAN FONTENLA XUNTO Á IGREXA DE ROUPAR
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Existen ocho, construídos en granito por artesanos de la Comarca de Tierrallana (Lugo), de dos siglos de antigüedad; bien logrados; con capitel de orden corintio, imágenes miniatura sobre el capitel e imágenes del Crucificado y la Dolorosa en la cruz terminal; relieves con los instrumentos de la crucifixión en el mástil y basamento con escaleras.
Dos están en el atrio de la Iglesia, uno ante la Capilla del Campo y los restantes en fincas particulares.
Destacan por su perfección uno del atrio y el de la Ermita del Campo.
Roupar, Noviembre de 1991”.
Don Enrique reuniu todos estos datos, especialmente a través da súa ollada, da fala cos veciños, cos amigos entendidos na materia coma don Enrique Chao Espina, e de consultar fontes coma os fondos documentais do Arquivo Diocesano de Mondoñedo, a obra de Ermelino Portela Silva, a Gran Enciclopedia Galega na súa anterior edición, e as Escrituras de aforamentos dos lugares de Roupar.
FOTO DA PLACA INAUGURAL DAS OBRAS DE REHABILITACIÓN DA IGREXA DE ROUPAR
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No 1993 puido ver rematada a obra de restauración do templo parroquial de Roupar, e anos despois da parroquia de O Aparral. Co motivo de esa rehabilitación do templo, don Enrique escribiu o que segue:
“El Templo Parroquial de Roupar (Xermade-Lugo) con cinco siglos, al menos, de antigüedad según desmuestran su estructura y el tener separado el campanario, al estilo medieval, hallándose en estado ruinoso, en víspera del desplome del techo, debido al deterioro por el paso de los años y a haber sufrido en 1967 el impacto de una tempestad con descarga eléctrica, que además derribó la parte alta del importante campanario con su belleza barroca (…)”
A continuación don Enrique cita a obra realizada no campanario, a que máis tarde intentará subsanar coa petición de fondos ó Plan LEADER II. A obra de rehabilitación da Igrexa, sumada á do arranxo do campario (con hormigón) ascendeu globalmente a seis millóns oitocentas mil pesetas, que se costeou cunha aportación dos feligreses, que colaboraron xenerosamente, xunto cunha subvención procedente de acordos “Igrexa-Xunta de Galicia”. Sobre a inauguración don Enrique anunciou que:
“La inauguración tendrá lugar en la fecha tradicional del Patrono San Pedro-Felix: el 20 de Agosto a las seis de la tarde. Será la Misa oficiada por el Obispo de Mondoñedo-El Ferrol, y están invitados a este acto todos los Feligreses y cuantos tuvieron la generosidad de aportar alguna ayuda.
En los días siguientes, 21 y 22, se celebrará la Fiesta Patronal, amenizada por distinguidas orquestas.
Ahora, además de equipar la Iglesia de los elementos necesarios, nos resta reconstruir el artístico campanario, con materiales de origen, devolviéndole su figura original; obra muy costosa, pero a la que aspiramos con optimismo”.
SELO DE CRONISTA DE DON ENRIQUE RIVERA ROUCO
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Estos son datos que don Enrique deixou escritos nun caderno de folios grapado, selado en moitos dos artigos co selo de “Cronista Oficial – Archivo histórico de As Pontes de G. R”, firmando coma “Párroco de Roupar y Cronista Oficial de As Pontes de García Rodríguez”, e presentado baixo a súa letra nun folio en branco coma portada onde di: “Notas históricas de Roupar y proyecto de restauración del campanario”.
Pero voltando a ese campanario quédanos a pregunta de quén era Julian Fontenla, o seu mestre constructor a finais do século XVIII. A resposta atopámola nos libros parroquiais de Muimenta e na interesantísima obra de José Couselo Bouzas, “Galicia Artística en el siglo XVIII y primer tercio del XIX”, publicado polo Instituto Teolóxico Compostelano en Santiago de Compostela no 2005. Nesta obra atopamos a un grupo de mestres de obras e canteiros emparentados entre eles desenrrolando así unha profesión e unha profesionalidade familiar. Os Fontenla proviñan de D. Domingo de Fontenla, mestre canteiro natural de Cuntis que residía en Muimenta e do que sabemos dunha obra realizada en 1737 no “palacio-casa del Cotón” en Negreira para unir mediante un arco de pedra a casa do Rexidor perpetuo da cidade da Coruña D. Gregorio Agustín de Luaces Mariño de Lobero, e unha capela (cf. Px 351).
Nesa torre houbo no seu día, coma todavía hoxe, duas campás. A data máis antiga da que atopamos unha partida de bautismo de San Pedro de Roupar é o 1684. Don Enrique Cal Pardo, na súa obra “Catálogo de los documentos medievales, escritos en Pergamino, del Archivo de la Catedral de Mondoñedo (871-1492)”, publicado pola Deputación Provincial en Lugo no 1990, cóntanos que o 30 de Xullo de 1990 se reuniron os canónigos da catedral de Mondoñedo e compareceu Alfonso Pérez, clérigo de Roupar que presentou unha carta de testamento de “María Fernández de Regueira”, esposa de Juan Reguera, otorgado o 15 de Xuño de 1420 . Esta muller legáballe ó Cabildo de Mondoñedo mediante o seu testamento, a viña de Pumar, a fin de que lle dixesen, cada ano, unha Misa cantada pola súa alma, coa limosna de 15 maravedís. Deixaba na súa casa vivindo a Teresa das Cabalas, que debía cumprir as súas misas no Altar Maior de Roupar pagando por ela 20 maravedís cada ano. Á morte da expresada Teresa, a casa pasaría a mans do Cabildo para “os indicados fins” (T . 1395 P, folio 134 r. (12 líneas primeras).
Ó clérigo de Roupar Alfonso Pérez, atopámolo de novo o 16 de Novembro de 1425, cando o racionero da catedral de Mondoñedo D. Alfonso Pérez, deixara legadas as casas nas que moraba na rúa do Perixe de Mondoñedo, así coma catro xornais de viña a condición de 45 maravedís en Misas cada ano. O clérigo de Roupar compareceu na mencionada data ante o “coro da catedral” comunicando certos cambios nesas condicións porque as casas víranse destruidas polo incendio acaecido en Mondoñedo (T. 1407).
Polo Episcopologio Mindoniense, obra de D. Enrique Cal Pardo, e publicado en Salamanca no 2003, sabemos da visita do Bispo D. Juan de Liermo o 18 de Marzo de 1575, donde se fixo constar que o xuiz do coto de Roupar non estaba dacordo co cura, e que tratou de querellarse contra el (358 p). Temos noticia tamén dun pleito contra un presbítero de Roupar no 1677 (575 p). Dísenos tamén que Roupar era curato de Primeiro Ascenso en 1892, sendo o seu crego D. Fermín Díaz Prieto (1009 p).
Xabier Martínez, nos derradeiros momentos do Círculo Lítico.

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