El Plan Ferrol ahonda en su desplome

Las patronales abogan por reformar las exigencias de las convocatorias con menos garantías y más sectores

Siguen siendo necesarias, porque la comarca continúa situada en el vagón de cola de los principales indicadores económicos y laborales de Galicia, pero se han revelado como un instrumento poco atractivo para el fin para el que fue creado. En los últimos tres años, los incentivos para la reindustrialización de Ferrolterra, Eume y Ortegal reservados por el Ministerio de Industria únicamente sirvieron para amparar dos proyectos empresariales (ambos de Biomasa Forestal) -en el 2014 y este ejercicio- mientras que quedaron desiertas en el 2015. Lejos quedan unos fondos a los que se acogieron en alguna de las convocatorias más de 60 inversiones empresariales. En estos tres últimos ejercicios, pese a haber reservado 142,5 millones de euros para amparar la puesta en marcha de nuevos proyectos o la ampliación de otros ya existentes, únicamente gastó 1,4 millones. Es decir, se quedaron sin invertir 141 millones y se utilizó el 0,1 % de los fondos.

Balance

Trece años con resultados desiguales. El Gobierno central puso en marcha en el 2005 fondos específicos para reindustrializar las tres comarcas como compensación tras la última reconversión naval. Desde entonces hasta ahora se aprobaron 345 proyectos empresariales con incentivos globales por valor de 314 millones de euros. De este montante, cerca de 60 fueron a parar a empresas que después cerraron -como Metalúrgica del Atlántico o Atenasa- sus puertas o incluso a factorías que no llegaron a arrancar nunca, como la planta de biodiésel de Biocarburantes Peninsulares en el polígono de Río do Pozo.

Requisitos

De la mano abierta a las restricciones. Las primeras convocatorias de los conocidos como fondos del Plan Ferrol presentaban créditos con un plazo de amortización de quince años, con los cinco primeros de cadencia e interés cero. Con esas condiciones, el éxito de participación estaba casi asegurado. Pero estalló la crisis económica y después de que algunos proyectos resultasen ser un fiasco, el Ministerio de Industria endureció las condiciones.

Última convocatoria

Solo una actuación. Los requisitos establecidos por el Ministerio de Industria fijaron la concesión de tipos de interés dependiendo de la clasificación que obtuviesen los proyectos. En todo caso, oscilarían entre el 1,705 % y el 4,09 %. Las actuaciones tenían que contar con una inversión mínima de 75.000 euros que podría ser amparada con un máximo del 75 % del desembolso realizado.

Las mayores trabas

Presentación de garantías. La exigencia de avales económicos fue el primer freno que ralentizó la participación en este tipo de fondos, situación que se revertió unos años después, tras las protestas empresariales y el desplome de los proyectos. En la convocatoria de este año se exigía, en el momento de presentación de la solicitud, una garantía bancaria por el importe del 10 % del préstamo requeridos. La Confederación de Empresarios de Ferrolterra, Eume y Ortegal (Cofer) y la Asociación de Empresarios Ferrolterra (AEF) presentaron el pasado otoño un trabajo con las modificaciones que entienden que deberían de realizarse para incrementar la participación en los fondos y, consecuentemente, mejorar el entramado empresarial de la zona. Entre esos cambios se demanda la exención de presentación de avales para aquellas firmas que cuenten con fondos propios que respalden las inversiones previstas y también que no se exijan las garantías hasta que no se conceda la ayuda. Sostienen que se eliminarían así trabas muy importantes para los empresarios.

Competencia

Peores condiciones que las ayudas a autónomos. José Ramón Franco, presidente de la Asociación de Empresarios Ferrolterra, insiste en la necesidad de que se mantengan las ayudas para la reindustrialización de las tres comarcas y atribuye a los nuevos requisitos la falta de más proyectos. También considera que ya existe una competencia entre líneas de ayuda, como es el caso de los fondos Jeremie, impulsados por el Instituto Galego de Promoción Económica (Igape). Además, sostiene que es más que nunca necesaria la estabilidad política en el país para que las empresas lancen nuevas inversiones.

Propuestas de mejora

Más sectores. Como en el resto del país, la mayor parte de las firmas que componen el entramado económico de la comarca son del sector servicios, pero las conocidas como ayudas del Plan Ferrol únicamente amparan inversiones industriales, tanto para proyectos ya en marcha como para captar nuevas inversiones. Por ello, las patronales reclaman que se abra el abanico de los beneficiarios a las empresas de servicios y a las de suministros auxiliares de la industria.

Diversificación

Narón y As Pontes, los mejores exponentes. Los incentivos concedidos en esta década sirvieron para atraer inversiones, principalmente a los polígonos de Narón y As Somozas, en algunos casos con sectores nuevos, como el de la biomasa, las nuevas tecnologías y los fertilizantes agrarios, aunque la zona siga dependiendo del naval.

Fuente La Voz de Galicia

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