El BNG premia a las cajas, al grupo lácteo y a las conserveras, y castiga a Jove y al Pastor

Se cae el proyecto estrella del BNG, el traslado de Ence de la ría de Pontevedra y la construcción de una planta en As Pontes para cerrar el ciclo del papel.
[La Voz de Galicia, por Tomás G. Morán e Miguel Ángel Rodríguez] El ala nacionalista del bipartito culminó ayer el reparto eólico premiando a las cajas gallegas, a un grupo de empresarios de la conserva, a las cooperativas lácteas y a varias firmas en crisis relacionadas directamente o indirectamente con el negocio del ladrillo. El concurso dejó fuera a alguno de los principales aspirantes, como Iberdrola (primer operador eólico del mundo), Fenosa, Banco Pastor, Amancio Ortega o Manuel Jove.


Además, se cae el proyecto estrella del BNG, el traslado de Ence de la ría de Pontevedra y la construcción de una planta en As Pontes para cerrar el ciclo del papel. La resolución, que deja muchos más descontentos que satisfechos, garantiza una catarata de recursos en el contencioso.
Como estaba previsto, el Bloque adjudicó en solitario el mayor concurso de la historia de Galicia. La responsabilidad del reparto era del conselleiro de Industria, Fernando Blanco, pero para dejar claro la implicación del BNG, el propio líder nacionalista y vicepresidente del Gobierno gallego, Anxo Quintana, apadrinó la resolución y compareció junto a Blanco para «felicitarse» por el trabajo realizado.
Ambos intentaron zanjar la polémica sobre el abandono por parte de las consellerías socialistas de la mesa de valoración, desvinculándola de cualquier razón política: «Os funcionarios traballaron como creron máis oportuno e hai que respectar todas as opinións», matizó Quintana, para añadir más tarde que «os tribunais están para aclarar calquera dúbida».
Además, aseguraron que la decisión fue tomada «por unanimidade». Evidentemente, sin tener en cuenta a los dos representantes socialistas que el pasado lunes se levantaron de la mesa.
El principal adjudicatario del concurso es Caixanova, que se lleva 235 megavatios, más de un 10% del total en liza. La lista sigue con los conserveros Alfageme, Thenaisie, Pita Hermanos y Albo, con 216 megavatios; Norvento (participada por Caixa Galicia), 193,8, y la asociación de cooperativas que lleva como plan industrial la creación del grupo lácteo gallego, que podrán instalar 192 megavatios. Entre los diez primeros se encuentra también Endesa, pionera del sector en Galicia, pero que contaba poco en las quinielas por el doble enfrentamiento que mantiene con Industria: había pedido potencia en Madrid y había recurrido el decreto de la Xunta en los tribunales.
En el octavo puesto, con 142 megavatios, se sitúa el constructor pontevedrés Jacinto Rey, que, al tiempo que renegocia este lunes con los bancos una deuda de 1.200 millones de euros, acaba de sacar a la calle un periódico afín a Anxo Quintana.
Las 25 empresas que podrán desarrollar nuevos parques cederán de media al Inega un 14,22% del negocio, equivalente a 352,74 megavatios, que reportarán a Galicia unos ingresos anuales cercanos a los 30 millones, según los dirigentes nacionalistas.
Vicepresidente y conselleiro indicaron también que los planes industriales asociados a los parques supondrán inversiones de 1.400 millones de euros y generarán, junto con los trabajos de instalación de los molinos, 11.000 empleos. No obstante, no concretaron ninguno de estos planes, pero sí se sabe que quedó descartado el proyectado traslado de Ence. El 40% de los beneficios anuales que perciba la Administración por el negocio del viento revertirán en los concellos afectados por los parques, según el acuerdo entre Industria y la Federación Galega de Municipios. Otro 10% será reinvertido en las comunidades de montes en los que se asentarán los aerogeneradores.

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