[Diario de Ferrol] El Concello de As Pontes solo está a la espera de la autorización de Sanidade para la apertura de la playa que Endesa construyó en el municipio a raíz de la creación del lago artificial en el hueco de la antigua mina de lingnito. El alcalde, Valentín González Formoso, confía en que el permiso de la Xunta pueda llegar antes del día 15 del presente mes.
El regidor baraja el martes 14 como la fecha más probable para la celebración del acto con el que el Concello pretende oficializar un hito sin precedentes en la historia de un municipio del interior, disponer de un arenal de 30.000 metros cuadrados y de un embalse de 547 hectómetros cúbicos de caudal para que los vecinos puedan utilizarlos durante todo el año.
Valentín González Formoso explicó que la empresa se ha comprometido a la construcción de un acceso, que se localizará en el barrio de A Casilla, mientras que el Concello ya ha suscrito un acuerdo con la agrupación de Protección Civil para que sus voluntarios se hagan cargo de las tareas de vigilancia.
Esta prestación se traduce en un desembolso de 18.000 euros, cantidad en la que también está incluida la adquisición de las balizas que ya limitan la zona de baño. En cualquier caso, el alcalde de As Pontes subrayó que, siempre y cuando la Consellería de Sanidade lo autorice, el lago será apto para el baño, pero no así para la práctica de distintas disciplinas náuticas.
Por otra parte, explicó que el acuerdo al que el Concello llegó verbalmente con la eléctrica incluye la apertura regular de la playa en horario ininterrumpido de diez de la mañana a ocho de la tarde. Por otra parte, González recordó que la posibilidad de hacer uso de esta zona de baño viene dada por la reciente cesión por parte de Endesa de la playa a la Xunta de Galicia, más concretamente a la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras.
La construcción de la playa que en días se abrirá al público forma parte del proyecto de transformación de la antigua mina en el mayor lago artificial de España, una iniciativa que requirió de una inversión que, en su día, Endesa cifró en 35 millones de euros.
La obra dió comienzo a finales del año 2008 con la clausura de la mina y concluyó oficialmente el día 16 de mayo con un acto inaugural en el que se dieron cita el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente de Endesa, Borja Prado Eulate, entre otras autoridades.