Endesa cerrará la central de As Pontes por la inviabilidad del uso de biocombustibles

La compañía esgrime razones de carácter medioambiental, técnico y económico para descartar esta alternativa

Las mezclas de biocombustibles y carbón que Endesa ha estado probando en su central térmica de As Pontes «no permiten prolongar la vida de la instalación», por lo que la compañía seguirá adelante con el proceso de cierre de la planta iniciado en diciembre de 2019. La compañía esgrime razones de carácter medioambiental, técnico y económico para descartar el empleo de lodos y biomasa combinados con carbón, dados los resultados «negativos» de los ensayos efectuados «bajo la supervisión del Ministerio de Transición Ecológica, la Xunta de Galicia y el Ayuntamiento de As Pontes».

Los miembros de la comisión de seguimiento conocieron recientemente los resultados de las pruebas, que, según el comité técnico de Endesa, revelaron «graves inconvenientes de carácter ambiental». «La combustión de la mezcla de carbón y lodos causa la emisión de mercurio en valores próximos al límite legal permitido», concluyen. Otra dificultad «insalvable» radica en el elevado incremento de la generación de cenizas, «entre un 187 y un 276 %, lo que supone producir una tonelada por cada tres o cuatro de CO2 evitadas». Esto supondría acumular cada año de 76.000 a 106.000 toneladas «de un subproducto que no sería admitido en los vertederos de residuos no peligrosos, por superar los valores límite de selenio, sulfatos y carbono orgánico disuelto, con un aumento de metales y metaloides».

A nivel técnico, la compañía arguye la pérdida de potencia de cada grupo, de los 350 megavatios (MW) actuales a 245 o 260, «con bruscas y repentinas oscilaciones de carga de hasta 35 MW, lo que impide a la central operar en los mercados secundarios». A mayores de la corrosión de los tubos de la caldera que causaría la combustión y la consecuente subida de los costes de mantenimiento. La empresa asegura que el cambio tampoco resultaría viable económicamente, «porque el megavatio hora generado de este modo costaría unos 65 euros, 15 euros más caro que el producido en una central de ciclo combinado de gas natural».

Esto dejaría a la central «fuera del mercado eléctrico, que prevé para 2021 un precio de 47,3 euros por MWh». Añade que la adaptación de la instalación «requeriría una elevada inversión y unos altos costes fijos, con una destrucción de caja estimada en 625 millones de euros en diez años de actividad». Endesa respalda sus conclusiones con el estudio de Foster Wheeler, tecnólogo experimentado en el sector. Advierte que la plan a sufriría «una evidente reducción de potencia» y que la presencia de metales alcalinos y cloro «causaría en la caldera escoriación, ensuciamiento y corrosión, propiciando niveles de degradación que no son aceptables». Y que el consumo continuo de carbón y lodos «requeriría una transformación de la caldera».

El Plan Futur-e de As Pontes

¿Qué ocurrirá ahora? Endesa afirma haber avanzado en el diseño del Plan Futur-e de As Pontes, un proyecto que promueve el desarrollo de actividades económicas y la generación de empleo en la zona, para atenuar el impacto del cierre de la central. Contempla un concurso internacional de ideas parar impulsar inversiones en alternativas empresariales «viables», que creen empleo «sostenible», de la mano de empresas, instituciones y otros agentes públicos y privados.

El Plan Futur-e incluye inversiones de Endesa en nuevos proyectos de energías renovables, como el desarrollo de hasta 1.505 MW de nueva capacidad eólica en Galicia entre 2021 y 2026, por 1.581 millones y más de 1.250 empleos directos de media anual durante los seis años de construcción, y 125 para la fase de operación y mantenimiento, en los 25 años siguientes.

La compañía reitera que ningún empleado de la térmica será despedido. Tras las prejubilaciones voluntarias y las recolocaciones, quedan 81 personas. Parte de la plantilla participará en el desmantelamiento de la instalación, durante cuatro años, lo que también requerirá el apoyo de unos 130 trabajadores de empresas auxiliares.

Fuente La Voz de Galicia

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