Mac Pro: la clave de las novedades en su diseño

Las diferencias de tamaño entre el nuevo Mac Pro y la edición anterior del año 2012 están en que ocupa ocho veces menos. La clave del éxito del diseño en forma de cilindro de aluminio con cuerpo unibody parece radicar en la utilización de una refrigeración común eficiente para todos sus componentes.


Apple ha logrado reducir el tamaño actual de sus equipos Mac Pro de una manera sorprendente, ofreciendo a su vez mayor potencia y rendimiento en menos pulgadas. A decir verdad, una imagen vale más que mil palabras y basta con situar a ambos equipos juntos, el Mac Pro tradicional y el nuevo para comprobar las grandes diferencias. El nuevo modelo cilíndrico tiene una altura de 251 milímetros por 167 milímetros de diámetro. Su peso no supera los 5 kilogramos. Esto no impide que en su interior pueda albergar configuraciones de procesador de 4 o 6 núcleos con procesadores Intel Xeon E5 de 10/12 MB de memoria caché L3 y uso de la tecnologíaTurbo Boost.
Es evidente que las posibilidades de ampliación no son comparables a las ofrecidas por la enorme torre del Mac Pro de años atrás, tanto en lo que respecta a bahías de discos de almacenamiento, como a la posibilidad de incorporar nuevas tarjetas o gráficas. No obstante, los zócalos de memoria disponibles son 4 para poder alcanzar la cantidad de 32 GB al utilizar módulos de 8 GB DDR3. En el caso de las gráficas, la elección pasa por las soluciones de AMD, la FirePro D300 o la FirePro D500, con posibilidad de integrar dos de serie. Lo que parece evidente es que dicha miniturización obliga a pensarse bien la configuración desde los instantes iniciales de la compra, y no dejar para luego las típicas actualizaciones que a los usuarios más avanzados siempre ha gustado,lo porque se han visto en la necesidad de ampliar para no quedar desactualizado el equipo.
Núcleo térmico unificado
La clave de dicha miniturización radica en el modo de desplegar la refrigeración de los componentes. Si anteriormente se utilizaban ventiladores (tanto activos como pasivos) para cada uno de los componentes, de manera independiente, ahora Apple ha unificado todos ellos para que tanto los chips de la CPU, como los gráficos, la memoria y el resto sean refrigerados mediante un flujo de aire común, lo suficientemente frío para mantener la temperatura ideal de funcionamiento. La reducción de tamaño de su interior también juega un papel importante, puesto que los requerimientos para enfriar un cilindro de este tipo no tienen nada que ver que lo necesario para enfriar las grandes torres de los anteriores Mac Pro.
Otro factor clave es que la integración ha propiciado este sistema de refrigeración, algo que anteriormente era complicado conseguir debido a la presencia de discos duros mecánicos, tarjetas de expansión PCI de grandes dimensiones y generadoras de calor, así como otra serie de componentes. El nuevo Mac Pro ofrece una disposición de las tres placas base principales en modo de triángulo, que son la perteneciente a la CPU y la doble GPU, cada una en su placa base. Apple destaca que el diseño permite que los componentes compartan la eficiencia térmica principal, expulsando al exterior el aire caliente y distribuyendo de manera homogénea el aire frio. De este modo, su único ventilador se encuentra situado en la parte inferior del cilindro, de manera que aspira el aire de las rejillas para hacerlo circular por su interior y expulsar el caliente por la parte superior del cilindro.
Otra característica clave es lo silencioso que resulta el equipo. Parece que el equipo en modo de uso ligero de la CPU tan solo emite ruido en torno a los 12 dB, elevándose hasta los 17 dB en caso de requerir mayor demanda del sistema.
A efectos de conectividad, no se le puede echar nada en cara. Con 4 puertos USB 3.0, 6 puertos Thunderbolt de tipo 2, doble Gigabit Ethernet, así como salida HDMI 1.4 UltraHD, hacen del nuevo Mac Pro todo un sistema de gran conectividad. Tampoco le falta la conectividad inalámbrica, ya sea el Bluetooth 4.0, como el nuevo Wifi de tipo 802.11ac que muchos router ya soportan. No olvidemos el altavoz integrado en su interior que complementa la salida óptica digital.
De este modo, Apple consigue honrar el refrán sobre “la esencia se guarda en frascos pequeños” para garantizar el máximo rendimiento en un equipo de sobremesa que por su tamaño podrá situarse sobre la mesa junto al monitor, y no quedar desplazado al suelo o a un lugar menos molesto, como sucedía con las anteriores ediciones.
Fuente MacWorld

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