Portmán se mira en As Pontes

[La Unión] El lago de Puentes de García Rodríguez, más conocido como As Pontes, en La Coruña, es el espejo donde la bahía de Portmán puede mirarse para comprobar los resultados futuros del proyecto de dragado y regeneración ambiental de la bahía de Portmán, que promueve la empresa alemana Aria.
Aunque admite que son casos distintos de degradación de un área natural, el alcalde de La Unión, Francisco Bernabé, cree que la transformación de esta antigua corta minera en un enorme lago artificial con playa y usos recreativos «es un buen ejemplo» para fijarse «en cómo una antigua mina en desuso se ha convertido en un espacio útil, sostenible y abierto a toda la sociedad». Y es que la vieja mina de lignito de As Pontes ha pasado en cuatro años de ser la explotación a cielo abierto de mayores dimensiones de España a convertirse en el lago artificial más grande de España y uno de los mayores de Europa.


En este municipio, la compañía eléctrica Endesa explotó a cielo abierto el carbón para su central térmica de 1.400 megavatios de potencia instalada, ubicada junto a la mina, entre 1976 y 2007. El movimiento de tierra ocasionó una escombrera que contenía 813 millones de metros cúbicos de arcillas, piedras y cenizas; ocupaba 1.200 hectáreas de superficie y alcanzaba una altura máxima de 160 metros. Además, abrió en el terreno una gigantesca corta de casi 18 kilómetros de perímetro, con 5 kilómetros de longitud, hasta 2,2 de anchura y 205 metros de profundidad.
El objetivo de Endesa y las administraciones era dar una solución económica, social y ambiental al cierre de la mina de As Pontes. Se optó por la construcción del lago, al considerar que era el proyecto más viable, ya que se encontraba enclavado en un valle y las lluvias acabarían por anegar el terreno.
Avances medioambientales
Desde 2008, de acuerdo con los más avanzados planteamientos técnicos de regeneración y restauración ambiental integral, Endesa ha llevado a cabo un plan que ha permitido alcanzar, según su presidente, Borja Prado, «un testimonio de cómo se pueden explotar los recursos naturales de manera sostenible, de cómo se puede devolver a la sociedad lo que nos ha aportado y de cómo no solo somos capaces de consumir recursos naturales, sino también de generarlos».
Aunque en origen son explotaciones mineras distintas y por tanto su metodología para la recuperación ambiental, Bernabé considera que «As Pontes resume lo que se ha avanzado en estos últimos años en materia medioambiental en España y no debemos tener ningún temor a que el proyecto de Aria en Portmán, si gana el concurso del Ministerio, pudiera ir en la dirección contraria».
Las actuaciones en estos seis años han ido en un doble sentido. La escombrera se ha transformado en un vergel de un tamaño equivalente a 200 campos de fútbol en el que habitan 180 especies de vertebrados y se han plantado más de 600.000 árboles, pastizales y arbustos, esto es, un ecosistema en permanente transformación. La corta, por su parte, luce una vasta lámina de agua dulce y una gran playa artificial de 33.000 metros cuadrados de uso público gracias al acuerdo entre Endesa, el ayuntamiento y la Xunta de Galicia.
Para su llenado, además de las escorrentías naturales, se emplearon las aguas del río Eume, que discurre por el municipio. Hoy, el lago almacena 547 hectómetros cúbicos (el Mar Menor contiene unos 800 hm3) y ya figura como «masa de agua artificial» dentro de la Demarcación Hidrográfica Galicia-Costa.

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