Amigus
As Pontes

Del escenario al monte, por amor a las setas

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[La Voz de Galicia, por Beatriz Antón] El hábitat natural de Luis Cuba se encuentra en los escenarios. Pero también en el monte. Este músico mugardés de 44 años, que toca el bajo en la orquesta Montes y forma parte del cuarteto de jazz de Julie Guravich , se enganchó al mundo de las setas hace ya tres lustros, y desde entonces no lo ha podido dejar. «Después de las sesiones vermú, la mayoría de los músicos de la orquesta se iban a echar la siesta, pero a mí no me apetecía dormir, así que empecé a salir al bosque, después me compré una guía micológica y ahí empezó la afición», cuenta echando la vista atrás. La atracción de Luis por los hongos con sombrero fue cada vez a más, hasta el punto de convertirse en todo un experto. En 2003 decidió presentarse al concurso de setas de la Feira de Fungos e Cogumelos de As Pontes , y desde entonces, sus creaciones han sido imbatibles. Invencibles. Insuperables. Ayer, por sexto año consecutivo, volvió a apuntarse el primer premio del certamen. Tras encontrármelo bajo una de las carpas donde se desarrolló el sarao micológico y gastronómico, Luis me contó que la cesta de este año se parecía mucho a la que confeccionó en el 2007.
Nos acercamos a verla y en ella había especies de todo tipo, desde boletus hasta tricholomas , pasando por agaricus y amanitas , que Luis recogió entre el jueves y el viernes. «Ahora estoy agotado, porque me fui hasta Villalba y en dos días me hice unos 500 kilómetros, pero, bueno, al final parece que valió la pena», decía encantado poco después de saberse ganador del primer premio. Otros ganadores. Lo de Luis es más que una afición. Tanto le gustan las setas que el músico ha conseguido transmitir su amor por la micología a toda su familia. Susana , su mujer, y su hijo José también presentaron cestas al concurso, además de su madre, Carmen Crespo , que consiguió llevarse el cuarto premio. El segundo fue para Vicente Fernández , de Narón ; el tercero, para Miguel Ángel Mazás , de Ordes ; el quinto, para Isabel Ramos , de As Pontes ; y el especial se lo llevó Clara Martínez , que presentó una cesta espectacular, con una seta de proporciones descomunales. «A verdade é que sonche todas moi bonitas», decía muy sonriente una vecina de la villa.


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La mañana de ayer fue de lo más desapacible, pero lo cierto es que ni la lluvia ni el frío consiguieron ahuyentar a las cientos de personas que ayer visitaron la Feira de Fungos e Cogumelos de As Pontes, que este año alcanzó su vigésimo novena edición. La cita aguantó estoicamente el chaparrón, sí. El mercadillo de ocasión organizado por el Concello y los comerciantes estuvo abarrotado -hubo puestos, incluso, que agotaron las existencias y tuvieron que ir a por más mercancía- y también se llenó la carpa en la que se sirvieron las 900 raciones del menú degustación preparado para la ocasión. Por solo 9 euros, los asistentes pudieron disfrutar de unas exquitices que en un restuurante les habrían salido por 18 o 24 euros. Estas cifras las dio Luis Tuñas , quien, junto a Jesús Blanco , se ocupó de preparar esas delicatessen . Hubo empanada de hongos, callos con garbanzos acompañados de dos tipos de setas, braseado de cerdo con más hongos, y también requeixo del Eume con mermelada de cantharellus cibarius . Además, en los talleres que impartió Jesús Blanco, los asistieron pudieron descubrir que las setas no solo sirven para hacer revueltos o platos al ajillo, sino también otras preparaciones impensables, como, por ejemplo, cremas, purés, salsas…. ¡Y también infusiones! «La de boletus penicola está buenísima y se puede tomar como si fuese un té», asegura Blanco. En fin, que As Pontes fue ayer la capital gastronómico de las setas. En Cedeira festejaron su tradicional Samaín. Y si As Pontes fue el país de las setas, Cedeira se convirtió en el reino de las calabazas. Los habitantes más pequeños de la villa agujerearon decenas de estos colorados melones, dibujando en ellos extrañas caras, a las que luego, con velas, llenaron de luz. Después estos mismos cedeireses se pintaron la cara, se ocultaron bajo sábanas negras y recorrieron las calles de la villa cual espectros fastasmagóricos de poco más de un metro de estatura. Entre tinieblas. Misteriososos. Asustando al personal. Festejando el Samaín. Auhhhhhhh!!!!!

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