[La Voz de Galicia] Endesa optó a finales de año por acogerse al plan transitorio fijado en la Directiva de Emisiones Industriales (DEI) de la Unión Europea, que permite a su central pontesa operar únicamente 17.500 horas a partir del año 2016 y desechar inicialmente la opción de acometer inversiones millonarias para adaptar la térmica a la legislación ambiental europea. Sin embargo, esa decisión no implica necesariamente el cierre de la térmica de carbón de la comarca, ya que la eléctrica puede revertir esa posibilidad, una vez que el Ministerio de Medio Ambiente ha aprobado, por la vía del real decreto, un mecanismo de exención, que tiene que tomar antes del 1 de octubre del próximo año.
Endesa asegura que «es la primera interesada en garantizar el futuro y la continuidad de unas centrales que son rentables y con inversiones realizadas que en algunos casos todavía no han sido amortizadas», pero subraya la importancia de disponer de los 20 meses de prórroga con los que cuenta para tomar la decisión definitiva, a la espera de que se despeje el pantano en el que se encuentra inmerso el sector eléctrico.
«La compañía sigue pensando que la central de As Pontes es competitiva, útil y eficiente pero en el escenario actual de incertidumbre el Gobierno tiene que poner las cosas claras», afirmó Miguel Temboury, director general territorial de Endesa en la zona noroeste. En este sentido, afirma que debe despejarse la regulación específica del carbón, si se va a producir una remuneración de las inversiones, la continuidad de determinados impuestos y la situación del mercado mayorista, entre otros.
Además, explicó que a través de Unesa, las eléctricas pidieron al Gobierno español que confirmase que la decisión de acogerse al funcionamiento únicamente 17.500 horas podría ser reversible, y solo han tenido respuesta verbal, aunque el gabinete jurídico de Endesa entiende que sí.
La eléctrica está llevando a cabo diversos estudios para intentar buscar un ahorro de costes en las inversiones necesarias para la transformación de la central con el fin de adaptarla a la DEI. «Desde los primeros proyectos de ingeniería hasta ahora se han logrado ahorros importantes», subraya Temboury. Los cálculos de la compañía apuntan a que la transformación de la central requerirá de más de 275 millones de euros.