Entrevista a Valentín G. Formoso: «Ahora hay mayor libertad que con el gobierno del BNG»

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El regidor pontés asegura en el ecuador del mandato que se han sentado las bases para cumplir los objetivos marcados
[La Voz de Galicia, por A.D.L.] El alcalde de As Pontes, Valentín González Formoso (PSdeG-PSOE) se sentó ayer ante los micrófonos en programa Voces de Ferrol, de Radio Voz (105.4 FM) para hacer balance de sus dos años de gobierno. Cree que su equipo ha conseguido infundir un nuevo aire a la política pontesa y a pesar de que reconoce errores, cree que se ha abonado el terreno para recoger los frutos. Pero sobre todo, marca distancias con el anterior gobierno del BNG, que dominó As Pontes durante ocho años.


¿Se han cumplido los objetivos que se marcaba al principio del mandato?
Se han sentado las bases. Se ha sembrado para recoger durante estos dos años que quedan. Pero hay siembras que duran más y un proyecto políticamente más ambicioso no pone las miras únicamente en cuatro años.
¿Qué se ha hecho?
Se ha aplicado un modelo productivo diversificado en el que, lógicamente, algunos objetivos se ven matizados porque estamos ante una coyuntura económica realmente difícil. Aun así, estamos cumpliendo los objetivos. Tenemos fijadas inversiones para los próximos años de más de 30 millones de euros en promoción de suelo industrial y tenemos garantizada la ampliación del suelo para poder seguir captando empresas. Contamos con proyectos realmente diversificados y en el ámbito laboral se ha creado el Instituto Pontés de Promoción Económica para ayudar en los trámites burocráticos a los empresarios. Además, en el campo social, hemos adelantado lo que no han hecho otras administraciones adelantando la presentación de atención a la dependencia con la creación de una oficina y destinando 170.000 euros a la contratación de catorce personas.
Algo mal habrán hecho…
Hacemos autocrítica, porque hemos cometido muchos fallos. Por ejemplo, nos hace falta trabajar con mayor intensidad en el área deportiva. Se ha perdido fuelle desde el bum de los años ochenta y es una asignatura pendiente que esperamos resolver con la contratación de un dinamizador deportivo.
Al principio del mandato decía que hacía falta un trabajo de reorganización en el Concello.
Lo dije siempre y lo mantengo. Había muchos vicios adquiridos en la administración municipal. Que exista una alternancia política beneficia siempre al ciudadano. Cuando llegamos había una situación de tensión absoluta, porque el gobierno estaba más dedicado a acudir a los juzgados que a gestionar el municipio. Había una obsesión absoluta por controlarlo todo, y todo aquel que pensara distinto lo tenía difícil en As Pontes. Ahora la prioridad es gobernar para todos, y ese cambio de actitud sí se nota en la calle. Hay una sensación de mayor libertad, y creo que ese objetivo, que para mí era el principal, se está cumpliendo.
¿Cuáles son las bases de ese modelo que pretende exportar a otros municipios?
Los ayuntamientos que tenemos puestos nuestros huevos en la cesta del crecimiento basado en la producción industrial acusamos menos la crisis que los que dependen de la construcción. Aún así, las empresas sufren las dificultades financieras. Los pilares son crear un espacio formativo en As Pontes y en la comarca, adaptado a las necesidades de los empresarios. También la creación de suelo industrial de una manera inteligente. No vale cualquier ubicación, tienen que ser sitios estratégicamente situados. Y generar zonas especializadas donde se puedan aprovechar las sinergias de industrias relacionadas.
En el horizonte 2012-2013 expirarán las ayudas del Plan de la Minería y del Plan Ferrol. ¿Qué debe hacer el Concello para estar preparado para esa nueva etapa?
Lo que nosotros reclamamos es que esos ingresos que se obtienen por ser una zona minera en estado de reestructuración no vayan destinados a infraestructuras que tienen que acometer otras administraciones, como se hizo con dos tramos del corredor Ferrol-Vilalba, la carretera a Cabanas o la de Ortigueira. Ese dinero lo necesitamos para salir adelante del cierre de una mina en la que trabajaban 2.000 personas. El sector era un pulmón económico para la comarca, lo sigue siendo y lo será aún más, pero necesitamos que los fondos de esos instrumentos sean bien invertidos.

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