La RIAA pide a Apple que expanda el DRM ‘lejos y rápido’

La RIAA se ha aferrado a la parte más débil del manifiesto anti-DRM de Steve Jobs para golpear a Apple para licenciar su tecnología FairPlay a otras compañías.


“La oferta de Apple de licenciar FairPlay a otras compañías tecnológicas es una avance bienvenido y sería una verdadera victoria para frans, artistas y sellos,” dijo la RIAA (Asociación de la Industria Discográfica de América). “Ha habido muchos servicios buscando una licencia para el DRM de Apple. Esto permitiría la interoperabilidad que hemos estado estimulando desde hace mucho tiempo.”
Esta declaración del grupo comercial de los sellos discográficos sirve como una débil, aunque bien apuntada, respuesta a la carta de Jobs publicada el martes. En la carta en línea, Jobs pedía a los sellos discográficos que dejaran su cruzada para bloquear la música digital con la tecnología DRM. Abriendo las canciones, los sellos podrían beneficiarse de un dispositivo y un mercado de servicio de música más vibrantes y competitivos, argumentaba Jobs.
La carta de Jobs viene tras las quejas de los legisladores europeos porque Apple ata las canciones compradas a través de su iTunes Store al iPod. Lo mismo que Sony y Microsoft siguen una práctica similar usando su propia tecnología DRM para atrapar las canciones en sus propios dispositivos de reproducción de música. Más que abandonar su insistencia en DRM, la RIAA preferiría que Apple hiciese el primer movimiento y dejara a las canciones de iTunes aprovecharse de una amplia variedad de dispositivos.
La segunda alternativa para Apple es licenciar su tecnología FairPlay DRM a los competidores actuales y futuros con el objetivo de conseguir la interoperabilidad entre reproductores de diferentes compañías y tiendas de música. Por encima, esta parece a una buena idea ya que podría más opciones a los clientes ahora y en el futuro. Y Apple podría beneficiarse cobrando unos pequeños honorarios licenciativos de su FairPlay DRM.
Sin embargo, cuando miramos un poco más profundo, los problemas comienzan a surgir. El problema más serio es que el licenciamiento de un DRM implica revelar algunos de sus secretos a muchas personas en muchas compañías, y la historia nos dice que inevitablemente estos secretos se filtrarán. Internet ha hecho tales filtraciones mucho más perjudiciales, ya que una solo filtración puede extenderse por todo el mundo en menos de un minuto. Tales filtraciones pueden tener como consecuencia rápidamente programas de software disponibles como descargas gratuitas en internet que incapacitasen la protección DRM de modo que las canciones antes protegidas puedan ser oídas en reproductores no autorizados.

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