Las acciones de Facebook siguen a la baja y se despierta el miedo bursátil
Décimo día de Facebook en la Bolsa: la mayor red social online del mundo ha vuelto a dar de qué hablar. Las acciones, lanzadas al mercado en 38 dólares, cayeron en horas tempranas de la jornada neoyorquina a 28 dólares, para perjuicio de grandes y pequeños inversores.
“La gente que pensó que podía comprar estas acciones y dar el gran salto fue ingenua”, ha afirmado el director del banco de inversiones Morgan Stanley, James Gorman.
Su entidad fue nada menos que la encargada de organizar la apoteósica salida a Bolsa de la compañía online. Y su entidad también es la que debe afrontar múltiples críticas derivadas de la notable caída de los valores. Hay quienes sostienen que Morgan Stanley sobreestimó la oferta y agrandó la salida desmedidamente. La consecuencia: pérdidas millonarias para muchos inversores.
La debacle repercute en los ánimos bursátiles de todo el mundo. Más de una salida a Bolsa fue cancelada, pospuesta o deberá ser revaluada.
“Dejemos la furia y el frenesí de estos últimos días”, ha pedido Gorman, intentando apaciguar los ánimos en su primera entrevista después del fiasco. “Tenemos que ser pacientes… Démosle un poco de tiempo a este asunto… El viaje aún no ha terminado… Volvamos a evaluarlo en 12 meses”, instó.
Gorman incluso ha apuntado que la salida de Facebook es una “fiesta estadounidense”. Unas palabras que no convencen a los inversores. De hecho, la periodista económica María Bartiromo, que hizo las veces de moderadora en la emisora CNBC, replicó: “Bueno, es una fiesta para un tipo como Mark Zuckerberg y los demás propietarios originales”.
Pequeños inversores
A la compañía, la salida le significó un ingreso de 16.000 millones de dólares. “Desde su perspectiva, la salida fue un éxito”, comentó el gerente Thilo Müller, de MB Fund Advisory. En cambio para los inversores, en particular para el pequeño inversor, que no suele efectuar este tipo de transacciones y sólo compró por lo conocido que le resultaba el nombre de la compañía, la pérdida será inevitable.
Es imposible no rememorar capítulos como la burbuja de las dotcom, que hizo por ejemplo que en Alemania muchos entraran en la fiebre accionista, apostaran y perdieran.
Facebook parecía haber podido volver a generar esa misma fascinación por la Bolsa en el común de la gente. De hecho, el 26% de sus acciones fueron a dar a manos privadas.
“Facebook en el área bursátil es un clásico gol en contra”, asegura el especialista Robert Halver. Aproximadamente un cuarto de la inversión original se ha esfumado. Según Müller, esto llevará a que en el futuro los inversores privados sean más cautos a la hora de decidir dónde colocar sus ahorros.