Es una de las joyas de Endesa y no por casualidad ha sido elegida como receptora de un proyecto millonario, que se convertirá en una de las mayores inversiones de la década en la zona. Es la tercera gran transformación que experimentará la planta pontesa, que pasó primero de consumir solo carbón de su mina de lignito a cielo abierto a hacerlo con una mezcla de hulla de importación (primera reforma), después a usar solo mineral de fuera (segunda) y se enfrenta ahora a la necesidad de rebajar aún más las emisiones a la atmósfera en su proceso de generación.
Los trabajos de adaptación de la térmica recaerán mayoritariamente en compañías auxiliares y según los cálculos efectuados por la eléctrica, implicarán una media de entre 200 y 300 empleados. La térmica cuenta con una plantilla de unos 300 trabajadores, aunque a su actividad también está ligada la terminal del puerto exterior de Ferrol en donde se recibe el mineral que llega de importación.
Endesa sostiene que la transformación que acometerá en la térmica será más ambiciosa que las exigencias que marca la normativa europea, logrando una mayor reducción de emisiones contaminantes de las reclamadas.
Los trabajos tendrán que haber finalizado antes de junio del 2020.
Para Endesa, esta actuación forma parte de su proyecto de transición de su modelo de negocio hacia un modelo más descarbonizado, tendencia que buscan los organismos comunitarios.
Fuente La Voz de Galicia