El lago que se está formando en la antigua mina de As Pontes ya tiene una profundidad de 70 metros

[La Voz de Galicia] La recuperación del foso de la antigua mina de As Pontes va a toda vela. El lago de cinco por dos kilómetros en el que se convertirá el hueco ya es navegable. Y eso que el llenado apenas comenzó en enero, cuando se abandonó la actividad extractiva de carbón iniciada en el año 1942. Ahora, sobre el terreno se acumulan ya tres grandes balsas de agua con una profundidad máxima de 70 metros.


Las lluvias desde principios de año fueron las primeras en depositar el líquido elemento sobre los fondos sellados con arcilla y tratados con cal reactiva para estabilizar el agua. Posteriormente, en torno al mes de abril, se abrieron las conducciones para recibir el aporte de agua sobrante de las crecidas del río Eume hasta alcanzar la cota actual.
De seguir así, los vecinos de As Pontes podrán ver culminado el proyecto de la eléctrica Endesa antes de lo estimado. Según el director del yacimiento, Francisco Aréchaga, el horizonte se sitúa ahora en el 2011, un año antes de lo previsto. Pero queda mucho terreno aún por cubrir hasta completar las 865 hectáreas de la mina y alcanzar la profundidad máxima de 206 metros.
La actividad de la naturaleza no es lo único que ha sorprendido a los técnicos de la mina que supervisan su reconversión en lago. Según Aréchaga, las calidades del agua acumulada están por encima de las exigidas por Augas de Galicia en esta fase inicial de los trabajos, con índices de acidez que rozan la normalidad.
La mina recibirá hasta rebosar unos 145 millones de litros al año, casi cuatro veces la capacidad del que será el lago más grande de Galicia, según sus promotores. A partir de ahí, el Eume y otros cauces aportarán cien hectómetros cúbicos por año, y se espera la renovación constante del agua en los 50 metros de superficie.
Los usos del lago serán determinados por Xunta o Concello una vez que Endesa concluya su trabajo y ceda ese espacio, algo similar a lo que sucederá con la mina de Meirama.
Mientras tanto, se prepara en As Pontes una playa de arena de 500 metros, y un perímetro de 15 kilómetros de escollera para frenar los envites del oleaje, que podría alcanzar los dos metros de altura en las peores condiciones.

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