Multas de 20.000 euros en Reino Unido por descargar videojuegos a través del P2P

[20 Minutos] Esta semana, Isabela Barwinska, madre de dos hijos y sin empleo, se convirtió en la primera persona en el Reino Unido a la que se ha conminado a pagar daños y perjuicios a un fabricante. Barwinska tendrá que indemnizar con más de 16.000 libras (20.000 euros) a Topware Interactive por haber descargado ilegalmente el juego Dream Pinball.


Miles de británicos que han descargado a través de las redes de intercambio de archivos o P2P copias de los últimos videojuegos podrían tener que afrontar el pago multas de 300 libras (380 euros) si no quieren acabar en los tribunales. Esa es al menos la pretensión de los principales empresas del sector, que han decidido amenazar por carta con esa medida a un total de 25.000 internautas.
Parte del sector opina que la persecución judicial no es la mejor solución. Las compañías implicadas en esta iniciativa -Atari, Topware Interactive, Reality Pump, Techland y Codesmaster- ya han anunciado que emprenderán acciones legales contra los 500 primeros destinatarios que hagan caso omiso de la advertencia, según ha informado el diario británico The Times. Se calcula que alrededor de seis millones de británicos comparten videojuegos por internet.
Roger Billens, del bufete que representa a las compañías, Davenport Lyons, afirma que sus clientes están “indignados” por la magnitud del fenómeno de las descargas. Esa firma legal ha pedido a la Justicia un requerimiento que obligue a los proveedores de servicios de internet a entregarle los nombres y señas de 25.000 personas sospechosas de haber hecho ese tipo de descargas. De momento, los abogados de las empresas del sector han conseguido ya cerca de 5.000 nombres y direcciones tras presentar pruebas del latrocinio informático.
No todos en la industria del juego están sin embargo de acuerdo con la adopción de medidas tan drásticas, y así una fuente próxima a la Asociación de Editores de Software para el Ocio y el Entretenimiento dijo a The Times que la mayoría de sus miembros se muestran reacios a perseguir judicialmente a esos piratas. Según el periódico, muchos de estos últimos son menores que han aprendido a ver en internet una especie de cornucopia de productos fácilmente accesibles y en muchos casos gratuitos.

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