Smartphones y tecnología vestible, estrellas de la feria IFA de Berlín

Hace 90 años el gremio alemán de la radiodifusión inauguró la primera edición de la IFA. Con el paso de las décadas, la feria, que se celebra estos días en Berlín, fue mutando paulatinamente para convertirse en un cónclave imprescindible que servía para poner en la plataforma de lanzamiento sus novedades para la campaña de Navidad. Sin embargo, en esta ocasión la cita ha parecido por momentos una franquicia del Mobile World Congress de Barcelona, puesto que los dispositivos móviles han alcanzado un protagonismo impensable hace tres años.

Sony y Samsung protagonizaron un nuevo pulso de anuncios. Los nipones lanzaron una batería de seis productos, encabezada por su nuevo terminal estrella, el Xperia Z3, que actualiza su diseño y presenta una cámara, con una sensibilidad ISO de 12.800, algo que iguala a las compactas. Jalonaron este lanzamiento con una versión compacta de este buque insignia que se encoge desde las 5,2 hasta las 4,7 pulgadas y una tableta de 8 pulgadas. Este otoño, pondrán en circulación un nuevo reloj inteligente con la solución de Google para tecnología vestible y la Smartband Talk, la evolución de su medidor de actividad que ahora incorpora una pantalla de tinta electrónica. Sony también volverá a intentarlo con sus cámaras remotas para móviles, con dos nuevas versiones: una que cuenta con un zum de 30 aumentos y otro para combinar con objetivos usados en equipos mayores.

Samsung decidió poner en juego su nuevo Note 4. La sorpresa vino con el Note Edge, un phablet que cuenta con una pantalla que envuelve uno de los bordes del teléfono creando una zona desde donde se puede manejar notificaciones y accesos de una manera independiente. El reloj Gear S, que apuesta por un display Super Amoled curvo, permitirá llevar una tarjeta SIM, por lo que no dependerá de estar emparejado a un smartphone.

Tanto Motorola como el tándem Microsoft-Nokia quisieron aprovechar el tirón de la feria para presentar sus novedades. Los últimos renovaron su familia Lumia con el 830, un «buque insignia asequible», el 730 y el 735, bautizados ya como los selphie phone. Por su parte, a la espera que se ultime la venta a Lenovo, el fabricante responsable del primer móvil de la historia puso en juego el nuevo Moto G, llamado a convertirse, con sus 5,2 pulgadas y sus 169 euros, en el rey de la gama baja. Vendrá acompañado por el Moto X, un móvil con carcasa de bambú que permite personalizar las órdenes de voz y cuyo funcionamiento se adapta a las situaciones. LG siguió con su empeño de estar presente en todas las parcelas de mercado y presentó L Fino y L Bello, pensados para aquellos que quieran adquirir su primer smartphone, así como su nuevo G Wacht, su reloj que ahora toma circular.

LG también presumió del primer monitor de ordenador curvo del mundo, un prototipo de una pantalla con tecnología 8K y promocionó su televisor flexible. En este aspecto, sus compatriotas de Samsung enseñaron una nueva pantalla de 105 pulgadas que permite también al usuario escoger entre formato plano o curvo a su gusto.

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