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Un joven veterano llamado Rochela

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En su debut como titular el canterano lideró la defensa deportivista: «Me voy contento por el apoyo del público»
[La Voz de Galicia] Rochela jugó al despiste frente al Zaragoza. Su juego nada tuvo que ver con las apariencias. Era su primer partido como titular en Primera. Y se comportó como todo un veterano. Asegura que mide 1,81. Pero se emparejó en la defensa de la estrategias con Abel Aguilar, que le saca una cabeza, y siempre salió victorioso. No es especialmente rápido, ni presume de una punta de velocidad explosiva como Colunga, pero nadie le ganó la espalda. «El míster me dio la enhorabuena al final, aunque a mí me toca seguir trabajando», asegura.


Dice que tampoco Ayala era alto y triunfó. Pero es que Rochela no necesita compararse con nadie. Él es su propio espejo. Un veterano en el cuerpo de un niño. En su cabeza, completamente concentrada en el juego, cupo el partido. Su excelente comportamiento táctico (saber cuándo moverse y en qué medida, adelantarse siempre a la jugada del rival) lo erigió en uno de los destacados de su equipo. «La verdad es que me sentí muy cómodo y me adapté muy rápido a mis compañeros. Está claro que el juego es más rápido y que tienen más calidad, pero estoy bastante contento», dijo.
Serio
A Rochela le tocó bailar con la más fea, el goleador del Zaragoza Colunga, pero respondió con seriedad. Sin alardes, pero también sin permitir que su rival sacase partido de su punta de velocidad. «El equipo hizo un partido bastante serio. No nos crearon ocasiones, pero el único disparo lo transformaron en gol y a nosotros solo nos queda mejorar», indicó. Su compañero Riki se lamentó de que la jugada del 0-1 se generase en una posible mano de un defensa visitante. «Ellos no querían perder y no dejaban espacios. La pena fue que una equivocación del colegiado inició la jugada del gol. Luego lo intentamos [en relación a los dos mano a mano que falló ante Roberto], pero no pudo ser», explicó.
Raúl
manifestó sus ganas de seguir aprendiendo, porque, dijo, «me queda mucho por aprender». Para el lateral del Fabril, que se las vio con Lafita, el ex deportivista no pagó la presión de Riazor. «Vino a hacer su partido y de los pitidos desde abajo casi no te das cuenta», señaló.

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