Veinticinco años sin Ian Curtis

18 de mayo de 1980. El cantante de una joven banda de rock llamada Joy Division se balancea ahorcado en la cocina de su casa en Manchester. Aquel día, Ian Curtis, alma atormentada de tan sólo 23 años, había visto una oscura película de Herzog y escuchado el disco ‘The idiot’ de Iggy Pop.

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Curtis dejó escrita una nota en la que se podía leer: “En este momento quisiera estar muerto. No aguanto más”. Estaba previsto que al día siguiente realizara con Joy Division su primera gira por EEUU.
Hoy se cumplen 25 años del suicidio de esta ‘estrella fugaz’, que nos regaló una de las canciones más bellas de las últimas décadas, ‘Love will tear us apart’, votada hace poco como mejor canción de la historia del pop británico por los lectores del New Musical Express.
Éxito póstumo
Como ocurre con tantas otras bandas, el éxito de Joy Division llegó tras su desaparición. El grupo nació en 1977. Junto a Curtis, se encontraban Bernard Sumner, Peter Hook y Stephen Morris, que tras la muerte del cantante crearon la conocida banda New Order (una de las canciones de Joy Division se titulaba ‘Disorder’) con la que aún se mantienen en activo.
Las oscuras letras de Curtis y el especial sonido y voz del cantante tenían como fruto unas canciones que se sumergían en el pesimismo y el existencialismo, combinando los sonidos más clásicos de Bowie o la Velvet con los punk que eclosionaron a finales de los 70.
El grupo dejó alrededor de 50 canciones grabadas y publicó tan sólo dos discos de estudio. El primero de ellos se tituló ‘Unknown Pleasures’ y se editó en 1979 en el sello Factory Records, propiedad del periodista Tony Wilson. El siguiente, ‘Closer’, salió tras la muerte de Curtis y está considerado como una de las joyas de la historia del rock.
Curtis, que sufría epilepsia, patentó un personalísimo estilo de baile con movimientos espasmódicos que estaban ‘inspirados’ en sus ataques reales. En alguna ocasión los miembros del grupo no estaban realmente seguros si Curtis estaba bailando o sufriendo un ataque, ya que las luces de los escenarios agravaban su enfermedad.
El legado de Joy Division no sólo se dejó notar en grupos cercanos al tiempo, como The Cure, sino que actualmente sigue de plena vigencia. Las canciones de bandas como Interpol o LCD Systems recogen en cierto modo el sonido hipnótico del grupo de Manchester.
Una película en marcha
La historia de Joy Division ya apareció retratada brevemente en la película ’24 hour party people’ de Michael Winterbottom, donde se recreaba el ascenso y caída de Factory Records. Sin embargo, Curtis tendrá pronto una película sobre su vida. El fotógrafo y creador de videoclips Anton Corbijn, conocido por sus retratos de bandas del rock como U2, REM o Depeche Mode, debutará en la pantalla grande con una biografía sobre Curtis.
Tras el proyecto se encuentra también la ex mujer de Ian, Deborah Curtis, en el staff de producción. El guión del largometraje, que comenzará a rodarse después del verano, está basado en el libro ‘Touching from a distance’, que Deborah publicó en 1995.
En línea con estos homenajes, en Manchester está previsto que la BBC instale hoy una pantalla gigante en la Exchange Square de la ciudad donde se proyectará ‘Transmission’, un documental con actuaciones en directo nunca vistas hasta ahora del mítico grupo. Por su parte, la BBC 6 Music ofrecerá una programación especial sobre la banda.

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