Adiós a un símbolo de Curuxeiras

Una empresa especializada ha iniciado el desmontaje de la descargadora de carbón de Endesa

Desde mediados de la década de los 90 y hasta el año 2009, en los muelles interiores de Curuxeiras funcionó una gigantesca máquina para Endesa. La descargadora continua de carbón del puerto dejó de tener utilidad cuando la compañía eléctrica estrenó su terminal de la dársena exterior, con capacidad para recibir buques de mayores dimensiones y, desde el 2013, cuando se extinguió la concesión de Endesa en el puerto interior, sus días estaban contados. Finalmente no han pasado días sino años, pero acaban de arrancar los trabajos de desmontaje de la máquina.

Durante su vida operativa llegó a descargar decenas de millones de toneladas de carbón, y en los ejercicios de pico máximo de actividad superó los tres millones al año.

La Autoridad Portuaria de Ferrol San Cibrao explica que, extinguida la concesión, el acuerdo sobre reversiones establecía, entre otros, la retirada del descargador de los muelles interiores, además de fijar ciertas condiciones sobre ese desmontaje.

Endesa adjudicó esos trabajos a la empresa Reciclajes y Chatarras Hermanos Gamarro, ubicada en la localidad sevillana de Dos Hermanas. La máquina pesa más de 1.200 toneladas y mide 80 metros de largo y 47 de alto. Debido a estas dimensiones, la seguridad es un aspecto fundamental para el desarrollo de los trabajos, al mismo tiempo que el cuidado para que la ejecución de las tareas se lleve a cabo con el máximo respeto medioambiental.

Así, están instaladas las barreras anticontaminación en el agua, además de otras medidas de seguridad. La mencionada compañía se encargará de la recogida, el transporte y el tratamiento de los residuos que puede contener el dispositivo, como es el caso de los aceites.

El proceso de desmantelamiento se inició el pasado jueves, día 9, y se llevará a cabo por partes, cumpliendo un proyecto que ha calculado el desmontaje secuencial para garantizar la estabilidad de la máquina en todas las fases. El Puerto indica que antes del desmantelamiento propiamente dicho se han realizado labores previas para la implantación, inspección y vaciado de fluidos, entre otros.

Durante el desmontaje, las piezas y otros elementos se irán transportando para ser fundidas o recicladas. Una vez que este proceso haya culminado totalmente, se procederá a la limpieza y a la restitución de la superficie que albergaba la descargadora.

Coordinación

Para la coordinación de las operaciones se han implicado varios departamentos del Puerto, debido a las interrelaciones que una obra como la que se lleva a cabo, en un muelle público, tiene con otros usuarios y actividades. Por ello han intervenido operaciones portuarias, concesiones, seguridad y medio ambiente.

Una máquina que fue construida en los noventa en las instalaciones de la antigua Imenosa

La máquina descargadora de carbón del puerto ferrolano fue diseñada por la firma alemana PWH Anlagen + Sisteme por encargo de la Empresa Nacional de Electricidad. Podía atender barcos de hasta 100.000 toneladas de peso muerto y contaba con una capacidad máxima de descarga de 2.300 toneladas a la hora, lo que posibilitaba la desestiba diaria de hasta 30.000 toneladas de mineral.

La construcción y el ensamblaje de la máquina se llevó a cabo en las instalaciones de la antigua Imenosa, la fábrica de bienes de equipo de Fene, y fue trasladada prácticamente entera hasta los muelles interiores por la empresa Lastra Ibérica, para su posterior entrada en funcionamiento a mediados de los noventa.

La descargadora y la dársena ferrolana se convirtieron en una pieza esencial para la central térmica de As Pontes en esa década, al acometer una transformación para ser menos contaminante, lo que le llevó a mezclar el lignito pardo que extraía de su mina a cielo abierto con mineral que importaba de otros países, principalmente de Asia y Estados Unidos.

Pero posteriormente, Endesa sometió a su térmica pontesa a una nueva transformación, ante el fin de la vida útil de la mina, pasando a consumir solo carbón de importación. Precisaba para ello dotarse de una terminal descargadora de mayor capacidad que la de Curuxeiras. Construyó entonces la de Caneliñas, que puede recibir a los barcos más grandes del mundo y descargar hasta 5 millones de toneladas.

Fuente La Voz de Galicia

También podría gustarte
Comentarios