Intel investiga con WiFi para cubrir largas distancias

Intel planea probar este verano una antena capaz de transmitir señales WiFi a docenas de kilómetros de distancia para hacer posible que las comunicaciones basadas en internet puedan llegar a localizaciones remotas y a las áreas de población del tercer mundo con escasos recursos.


El proyecto forma parte del programa de investigación World Ahead Program de Intel, destinado a llevar la tecnología a las naciones más desfavorecidas. Actualmente existen muchas ciudades que apenas disponen de infraestructura de cable, con lo que las comunicaciones inalámbricas son el mejor método para proporcionar dicha conectividad, así como proveer enlaces a determinada información que pueda mejorar la calidad de vida de las personas.
Este proyecto WiFi está basado en la colaboración entre Intel Research de Berkeley (California) y la universidad estatal Nizhny Novgorod de Rusia. La idea es poder desarrollar una antena de bajo coste que pueda transmitir y recibir señales WiFi sobre distancias de, aproximadamente, 100 kilómetros. Cabe recordar que las antenas que habitualmente son utilizadas en los hogares, cibercafés o aeropuertos, están preparadas para transmitir la señal a tan sólo 100 metros de distancia.
Las antenas direccionales que transmiten señales directamente ya existen hoy en día y podrían hacer este trabajo, pero no son rentables y su instalación supone un verdadero quebradero de cabeza. Los dispositivos tienen que estar enfrentados directamente uno al otro para que la señal se pueda enviar y recibir con auténticas garantías. De forma adicional, existen innumerables factores que pueden causar la desalineación de la señal. Además, las inclemencias meteorológicas pueden ser un factor en su contra y causar interrupciones en sus comunicaciones, así como el viento, que puede afectar a la orientación.
En la India, por ejemplo, “los niños utilizan en ocasiones las torres para jugar, con lo que es muy fácil que los transmisores cambien de orientación”, comenta Alan Mainwaring, director del proyecto de Intel.
Lo que Intel y la universidad rusa quieren llevar a cabo es desarrollar una antena direccional que pueda ser controlada desde una ubicación remota con el fin de que se encuentre siempre en funcionamiento. Aunque la tecnología ya existe, resulta demasiado cara para los países pobres.
El fabricante y sus partners han desarrollado varios prototipos y quieren que las antenas sean probadas este verano, una al Sur de la India y la otra en Ghana (África). La superficie de estas antenas puede producirse utilizando los mismos métodos de fabricación usados para crear las placas de circuito impreso en gran volumen, con lo que los procesos de producción son de bajo coste. “Debemos tener en cuenta que muchas de estas villas disponen de electricidad de forma intermitente durante el día, y muchas otras no tienen líneas de teléfono, con lo que el hecho de contemplar la cobertura de teléfonos inalámbricos también sería muy interesante”, comentó Mainwaring.
Para estas áreas, WiFi podría traer telefonía basada en internet y hacer realidad, por ejemplo, la transmisión del vídeo de un paciente a través de videoconferencia para el diagnóstico de un médico sin tener que desplazarse. La información meteorológica facilitada a la población también podría salvar vidas en multitud de ocasiones.
Dicha infraestructura no está pensada para implantarse en áreas urbanas debido al mayor número de obstáculos existentes como pueden ser las señales de radio o los edificios, que podrían causar problemas en la recepción.
Mainwaring comenta que existen planes para trabajar conjuntamente con otros programas de investigación de la universidad de California, como por ejemplo, el proyecto TIER de la universidad de Berkeley, el cual ha logrado desarrollar circuitos de baja potencia y consumo de energía que podrían actuar como routers y repetidores para distribuir las señales sobre largas distancias.

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