La Xunta respalda la viabilidad del grupo San Martín con un aval de 2,1 millones de euros
La firma inmobiliaria paralizó obras en la comarca por su difícil situación económica
[La Voz de Galicia] La difícil situación económica de uno de los mayores grupos inmobiliarios de la comarca, la constructora San Martín, recibió un respiro la semana pasada cuando la Xunta, a través del Igape, respaldó la viabilidad de la firma con un aval de 2,1 millones de euros. El apoyo del Gobierno gallego, en principio, permitiría a la firma obtener liquidez de las entidades bancarias para hacer frente a sus proveedores e incluso, denunciaron los sindicatos la semana pasada, abonar las nóminas de sus cerca de 150 empleados.
La falta de dinero en las cuentas del grupo propició que algunas obras que estaba ejecutando en la comarca quedasen paralizadas. Es el caso, por ejemplo, de los trabajos de humanización de la plaza del Carmen, en As Pontes, que acumulan meses de retraso por este motivo. La empresa que suministraba el firme del céntrico recinto pontés dejó de satisfacer los pedidos de San Martín debido a la falta de solvencia de la constructora.
Además, fuentes del Concello de As Pontes aseguran que la constructora resultó adjudicataria de otras obras en la villa minera que ni siquiera ha empezado. En este sentido, algunos grupos políticos solicitaron la rescisión de estos contratos. Sin embargo, el gobierno local defiende que el proceso administrativo para hacer efectiva esta cancelación es tan complejo que iría en perjuicio de todos los vecinos. Además, apuestan por apoyar a «una empresa de la comarca de la que dependen muchas familias de la zona, en tiempos donde la crisis económica está pasando factura a muchas compañías, sobre todo, relacionadas con el sector de la construcción».
Nuevos socios
Los problemas en el grupo han provocado que la firma busque nuevos socios con los que cubrir el capital suficiente para reflotar la compañía. Fuentes cercanas a la empresa señalan que habría varios empresarios interesados en comprar parte de la constructora, pero que estaban esperando un respaldo incluso mayor de la Xunta para fructificar la operación.